jueves, 1 de noviembre de 2007

AMOR Y REPRESION

Se gustaban a rabiar , era evidente, pero no iban a cagarla. El pertenecía a otra mujer, ella a otro hombre. Estaban también los niños y un entramado gigantesco de hipotecas, abuelos, tíos, vacaciones. Además, la diferencia de edad era abismal. Así que un día, casi sin querer, lo hablaron. No podía ser y por tanto no merecía la pena tanta ansiedad. Debían relajarse y punto. Su relación había de ser limpia, agradable, a cara descubierta. Así que se relajaron. Tanto se relajaron que, claro, acabaron cagándola.

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