viernes, 15 de febrero de 2008

CELOS


Tantos años presumiendo de no ser celoso y ahora esto. Ella se iba con otro hombre, se casaba con él y parecía feliz. Ahora si. Ahora sabía de verdad lo que eran celos. Un vértigo que invadía sus entrañas cada vez que se acordaba. Una obsesión que le impedía dormir, comer, hablar y no digamos reír. Los celos estaban disolviéndole por dentro y por si fuera poco tenía que disimular , interpretar indiferencia e incluso aceptación. Sonreir a ese tipejo y hacerse con su confianza. Ni Robert de Niro podría con esto. Pero no quedaba otra, o eso o reconocer que estaba podrido de celos porque le estaban “robando” a su hija.

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