sábado, 19 de diciembre de 2009

REENCUENTRO


Distinguió su cara entre la multitud navideña que hormigueaba en el lugar. Dios, no le apetecía nada que le viera. Cambió su rumbo y el de su familia con una excusa estúpida y se olvidó del asunto. Pero pasadas unas horas, volvió a distinguir su rostro entre la masa y se temió lo peor.

- Dios, me ha visto… No puedo disimular más.

Así que improvisó una sonrisa y palmeó la espalda de su viejo amigo. Qué curioso, de pronto percibió que a él le pasaba lo mismo. Los dos viejos compañeros de celda en los tiempos de la resistencia, se avergonzaban de verse en el Centro Comercial.

3 comentarios:

fernando dijo...

Los centros cormeciales, que maravillosos lugares de diversión y esparcimiento. Siempre atentos para estar en disposición de atender la más pequeña de nuestras necesidades. No entiendo el relato, ¿por que tienen que avergonzarse de estar en un sitio así? Es más si algun día coincidimos espero que usted me salude. No tendra problema en reconocerme llevaré una media en la cara.
Aparte de coñas, divertido e ingenioso. Y me temo, que bastante realista. Un saludo, pecadorrr

habie dijo...

pos vengo de sto tomás y allí también te encuentras con cualquiera...

Anónimo dijo...

si es q, la vida, pasa para todos..