lunes, 7 de abril de 2014

BREAKING BAD



Breaking bad


Volverse malo. ¿Quien no se ha imaginado en esa circustancia? ¿Quien no ha pensado sacar al malhechor que vive en su interior para vengarse de quien te ha puteado?
El teatro, la literatura, el cine, están llenos de personajes que se han hecho malos de un día para otro. Y son irresistibles.
El Conde de Montecristo de Alejandro Dumas era hombre virtuoso, pero a base de engaños, los enemigos lo metieron para siempre en el castillo penitenciario de una isla lejana. El destino le permitiría probar el plato frío de la venganza y miles de lectores, a lo largo de los años, hemos gozado con sus maldades cual bebé con la teta.
Entre los héroes de la infancia también se repite el caso: El Fantasma, Tulipan Negro, El Zorro  Batman... eran todos seres de buen corazón, que un buen día decidieron tomar la justicia por su mano, después de ser víctimas del mal.
Nuestros profesores preferían contar relatos totalmente opuestos: malvados y putas que se convertían en santos y santas... qué aburrimiento.
Los niños de mi generación adoramos la serie “Kung-Fu”. La serie, protagonizada por David Carradine, vendía algo así como “la no violencia”. Era un experto en artes marciales llegado al oeste americano desde el lejano oriente. El “pequeño saltamontes”   nunca utilizaba en vano sus saberes. Así, soportaba todo el capítulo desprecios y humillaciones sin levantar una ceja. Pero al final, cuando todos moríamos de ansias de venganza, llegaba la fiesta  de los mamporros entre vivas y palmas.
En muchas biografías de guerrilleros y bandoleros también se repite la historia. Hasta el mismo Jesucristo tuvo que echar violentamente a los fariseos del templo, para que el argumento de su vida lograra un plus de interés.
Estos días anda de boca en boca la muy recomendable serie Breaking Bad (que puede traducirse como “volverse malo”). En ella un profesor de nombre Walter White trabaja duro para sacar adelante a su familia. Es  padre de un hijo minusválido y su esposa está embarazada. Un día le hacen saber que tiene cáncer de pulmón avanzado. De pronto necesita conseguir un montón de dinero como sea.
De la mano de un antiguo alumno le surge la oportunidad:  utilizar sus conocimientos de química para fabricar meta-anfetamina de alta calidad. En dos patadas se verá metido hasta el cuello en el mundo de crimen. Con el paso del tiempo sus objetivos iniciales  (pagar el tratamiento, proteger a la familia) no seran ya mas que meras excusas.
Hacer el mal en pro del bien: la contradicción total. El propio Estado de Derecho se convierte en criminal cuando viola sus leyes para combatir el crimen.
El límite entre el bien y el mal, tan fino como turbio. Una canción de moda en los sesenta, decía: “Dentro de cada uno/ hay un bien y hay un mal/ Mas no dejes que ninguno/ Ataque a la humanidad”... ¿El “bien” podía ser tambien pernicioso? No entendía nada. Ahora en cambio, creo que sé qué quería decir (quiza sin querer) esa canción con olor a incienso. Hacer el mal en pro del bien no es estar a favor del bien realmente... La raya roja entre el bien y el mal la marcan los actos. No me digas qué piensas, dime
qué haces.



4 comentarios:

nowanda dijo...

Vi-va lagente... lahay dondequieraquevas... jajajaja... ¡tengo el single, Lisergio!!!
Los malos-buenos o los buenos-malos, que gran recurso literario. Yo soy de los que piensan que tiene más gancho el malo-bueno que el bueno-malo (vaya lío)... es que ocurre que todos nos vemos a nosotros mismos como buenos que en determinadas circunstancias saltamos, y eso, hombre, tiene su gracia, pero el bribón sinvergüenza malote que de vez en cuando muestra su corazoncito, ese es el que de verdad triunfa... sobre todo con ellas... o no es así?

nineuk dijo...

Desde luego muchas son las que reconocen en privado que el "malote" mola. Respoecto a lo que se lleva, yo detecto tambien una tendecia a la confusión. Tony Soprano, El de Mad Men, Walter White... todos pueden ser heroes y villanos en el mismo capítulo y ya no se molestan en justificar como "necesarias" sus fechorías... ¿El signo de los tiempos?

Anónimo dijo...

Bob Dylan apuntó en una de sus letras aquello de que "para vivir fuera de la Ley hay que se honesto". Los malotes molan, pero los malotes con principios más incluso que los un poco canallas ¿A quién no le parece contundente, violento, familiar, cercano, a ese gangster irlandés llamado Ray Donovan en su TV serial homónima? Mi chica lo encuentra atractivo tanto cuando es infiel, como si le da "bulé" a un cura pederasta o manda asesinar a su padre.

Santi Atxuko

nineuk dijo...

Me apunto al Ray Donovan (Ya tengo una fila que pa qué). Me gusta la frase esa de Dylan y en cuanto a los malotes/Canallas molan siempre que no estén en casa (sospecho) ;-)