miércoles, 26 de febrero de 2020

AMERICAN FACTORY




Siguiendo el consejo de un amigo estuve viendo el documental
“American Factory”,
 primer fruto de la productora avalada por la familia Obama. Este trabajo, premiado con un oscar el año pasado, dura cerca de dos horas y no cuenta con más explicaciones que las que pueden leerse en los rótulos que van apareciendo. No tiene presentador ni expertos dando su opinión. Solo se escucha la voz de los protagonistas.
American Factory nos traslada hasta el estado de Ohio (EEUU), en la pequeña ciudad de Dayton, para retratar la situación precaria en la que viven los trabajadores de una fábrica. Para ello se remontan a un hecho que ocurrió en 2008 cuando la compañía de automóviles General Motors echó el cierre, tras una época de decadencia y despidió a miles de personas.
Esto supuso una gran pérdida para la ciudad, de unos 150.000 habitantes, que vio como cientos de ellos perdían sus empleos. No fue hasta 2015 cuando la empresa china Fuyao Glass America, que se dedica a la fabricación de parabrisas instaló una filial en el mismo lugar donde se encontraba la antigua factoría. Este hecho provocó que se contratara a más de 3.000 personas y que la ciudad recuperara cierta ilusión. No obstante, la empresa china sus propios planes y el choque cultural se hizo evidente. Los trabajadores, pasaron de la felicidad por tener un nuevo empleo a exigir mejoras en la seguridad y en el contrato: Trabajaban 12 horas diarias, con sólo dos días libres al mes y sin unos mínimos de seguridad necesaria. El intento de unos cuantos operarios por introducir la acción sindical en la empresa y trabajar así por unas mejores condiciones, se salda con un referéndum viciado por las amenazas de despido. De esta forma todo lo que tiene que ver con condiciones de trabajo queda en manos de la patronal china. Bajas y enfermedades no son bien vistas: si quieres quedarte en cama , mejor te lo piensas. En una de las últimas escenas, puede verse como el presidente de la fábrica va recorriendo las diversas estancias acompañado de sus colaboradores. Estos le van indicando, en cada sección quienes serán despedidos y sustituidos por máquinas. Un letrero informa al espectador: “Más de 375 millones de personas en todo el mundo buscarán otro empleo totalmente distinto de aquí a 2030 en todo el mundo. El presidente chino de la fábrica hace unas interesante confesiones mientras le trasladan en coche por las calles de una ciudad china: “he construido muchas fábricas en las últimas décadas, ¿he destruido la paz y el medio ambiente? No se si soy un benefactor o un criminal. Pero solo pienso esto cuando estoy triste. El sentido de la vida es trabajar ¿no es así?" Es curioso. De China nos llegaban a la escuela aquellas cabezas-hucha del Domund que había que llenar de monedas “para los chinitos” , según decían las monjas. De China llegaba después el maoismo que nos prometía liberación: “Pan, Trabajo y Libertad” era el lema de la “Joven Guardia Roja”. Se diría que lo que llega de China ahora es, paradójicamente, la versión más perfecta y despiadada del capitalismo: sin sindicatos, sin poder judicial independiente, sin elecciones. Merece la pena este “American Factory”

2 comentarios:

Antxon Rabella dijo...

Escalofriante e inhumano. No hay avance sino retroceso. Estas situaciones suelen llegar (no tan exageradamente, pero si en cuanto a relación trabajo---cobro, y algo en el tema de las bajas) también a ciertos trabajos protegidos, algunos muy felicitados por autoridades.

nineuk dijo...

Seguramente sabes por experiencia de lo que hablas Antxon. Presumo que en esa clase de trabajos cabe mucha porqueria bajo la alfombra de la supuesta "protección".