lunes, 2 de noviembre de 2020

CONSEJOS VENDO

Cada cierto tiempo me ocurre. Algún viejo amigo, algún vecino o algún compañero de trabajo me pide que le haga un favor a su hijo: “verás, es que está haciendo un trabajo sobre el Rock Radical Vasco” de los ochenta y no sabe muy bien a quién dirigirse. Si tu pudieras contestarle a unas preguntas sencillas…” Yo siempre digo que sí, claro. Y no tanto porque me guste -de hecho me resulta un tanto agotador volver siempre sobre los mismos tópicos- sino porque yo también fui joven y se lo importante que es que los adultos te hagan caso y lo mal que puede sentar que te desprecien. Sin embargo, la semana pasada, el hijo de un viejo camarada añadió una pregunta distinta: ¿Qué aconsejarías a un joven de ahora? ¿Aconsejar yo? ¿Yo, que bien superado el medio siglo sigo con más dudas que certezas? Como padre, siempre he pensado que el mejor consejo es predicar con el ejemplo, como leí en la puerta de un retrete: “no me digas lo que piensas, dime lo que haces”. Me viene a la cabeza la canción “Father and Son” de Cat Steven (ahora Yusuf Islam): “No es hora de hacer un cambio/ Solo relájate, tómalo con calma/ Aun eres joven, ese es tu defecto Hay tanto que debes saber”. Ya desde joven, esta canción me parecía paternalista. Mucho más interesante y útil me resultó aquel artículo de Mary Schmich, para el Chicago Tribune titulado “Wear Sunscream” (usa crema solar) . Un amigo le retó a que diera buenos consejos a los jóvenes y ella elaboró una lista tan práctica como genial que sigue, hoy en día, dando que hablar. De hecho, algunas de sus frases vuelven a mí cada cierto tiempo: “Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que se hayan marchitado”; “los problemas que realmente tienen importancia en la vida son aquellos que nunca pasaron por su mente, de esos que te sorprenden a las cuatro de la tarde de un martes cualquiera”; “recuerda los elogios que recibas, olvida los insultos (pero si consigues hacerlo, dime cómo”; “aprende a entender a tus padres, será tarde cuando ellos ya no estén”; “llévate bien con tus hermanos, son el mejor vínculo con tu pasado y probablemente serán ellos los que te acompañarán en el futuro”; entiende que los amigos vienen y se van… pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño”. Poco puedo añadir yo a un artículo que podéis encontrar fácilmente en la red. Pero, por si puede interesar a alguien, aquí os dejo lo que le contesté: "La juventud suele ser un periodo de muchas dudas y solemos necesitar certezas. Nos movemos entre realidades de mucho peso. por un lado, es cuando debemos prepararnos para el futuro, por otro, es el periodo en el que más podemos disfrutar de la vida (si no disfrutamos de jóvenes ¿cuándo vamos a disfrutar?) y además, es una época de la vida en la que solemos tener más generosidad, nobleza y ganas de cambiar las cosas. Lo único que me atrevo a aconsejar es que trates de lograr un equilibrio entre todo eso". Y no quiero terminar sin citar de nuevo a Schmidt: “Los consejos son una forma de nostalgia. Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo, dándole más valor del que tiene”.

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