martes, 23 de febrero de 2021

EN MEDIO DE LA BASURA

 

La civilización es la distancia que pone el hombre entre sí y sus excrementos dijo el escritor británico Brian Aldiss en 1964. La barbarie, podríamos añadir, es el trato degradante que damos a nuestros desperdicios. Parece como si estuviéramos en un bucle fatal. Libros fantásticos sobre la destrucción de los bosques se reeditan una y otra vez destruyendo bosques. Expertos nos alertan constantemente sobre los desastres del plástico, pero plástico y celulosas siguen presentes por todas partes, envolviendo las lechugas, embotellando el agua, llenando hasta los topes los bazares… De acuerdo con las estadísticas de ONU-Medio Ambiente, el mundo produce aproximadamente 400 millones de toneladas (40 kilos por persona) de residuos plásticos cada año y actualmente solo el 14% se recolecta para el reciclaje. Si usted ronda los 70 kilos, estimación muy cercana a la media europea, sepa que produce al año más de seis veces su propio peso en basura. Seis veces en latas aplastadas, envases rotos, comida desperdiciada y aparatos electrónicos estropeados, entre otros.                                             

Si, ya lo sé, es el discurso incómodo de turno, ese que nos produce un leve suspiro de fastidio y nos anima a pasar de página.  La basura nos desborda, pero no la queremos ver. La queremos lejos, que alguien nos la gestione, que no estamos para esas zarandajas y para eso pagamos impuestos. Bastante hacemos con reciclar y meter cada bolsa en su agujero. Y llevar los bultos grandes al garbigune donde un amable caballero nos dirá en la puerta que no hace falta que entremos que ya se encargan ellos. Y si declinas su amable ofrecimiento te darán las gracias a la salida, acompañadas de un dedo corazón amenazador. Residuos nucleares, Basura Espacial, Sopas de basura kilométrica en el mar. Basura incinerada que hace enfermar, mata y agudiza la alarma climática.  Vertederos que se desbordan y se vuelven contra nosotros. Moriremos sumergidos en nuestra propia mierda, pero no me molestes ahora con eso, que tengo problemas mucho más inminentes.

“Busco en la basura algo mejor”, cantaban los de Eskorbuto. “Siempre ando preguntando en medio de la basura cómo salir de aquí” cantaban unos tal Zarama. “Basura” era el nombre también de otro grupo punk mítico de Rentería diezmado por las drogas. también era “Basura” uno de los bolerazos más amargos de los Panchos y Trash un temazo de los New York Dolls, por no hablar de “Garbage”, que llevan desde los noventa dando guerra de la buena.  

La civilización, dicen, empezó cuando nos distanciamos de la basura. Pero la terca realidad nos lo dice día tras día: la basura es materia y por mucho que nos empeñemos, no desaparece, solo se transforma. Ahora mismo ya no es una amenaza abstracta. Su venganza se va materializando en nuestro día a día. Si no lo tomamos en serio acabaremos ahogados en nuestra propia mierda.      

     

          


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