lunes, 20 de septiembre de 2021

PUTEROS


 Con vuestro permiso, hoy voy a hablar de puteros. Si nos atenemos al testimonio de la abolicionista Amelia Tiganus, que conoce el tema en primera persona, el perfil del putero que solemos llevar en la cabeza no tiene mucho que ver con la realidad. Cualquiera de los hombres que nos rodean puede ser uno. Pertenecen a muy diversas edades, clases sociales o profesiones. Los puedes encontrar entre los políticos, jueces, periodistas, sindicalistas, empresarios, deportistas… 

Algunos se muestran amables, charlan de sus cosas con la puta, se interesan aparentemente por su vida. Ellos se ven a sí mismos como puteros “majos”, aunque suelen de dejar de serlo cuando la prostituta, harta de consumir tanto tiempo con un solo cliente, empieza a impacientarse. Entonces el putero majo se transforma automáticamente en putero ofendido y deja de comportarse con supuesta “educación”.                                                                                           

También están, claro está, los que van al grano. Pagan y follan sin mayores ceremonias y normalmente tratan de copiar lo que han visto en la pornografía. También están los sádicos y misóginos que solo sienten placer haciendo sufrir y humillando: muerden. pellizcan, golpean, insultan y no es tan fácil detectarlos a tiempo. En algunos casos, el putero es un tipo que maneja mucho dinero y se puede permitir una “Scort”, o puta de lujo.        

 Hay puteros de regatean hasta el infinito y quieren sacar el máximo provecho de sus 20 euros, hay otros que van al burdel a “divertirse” o a “acompañar a un amigo”, en realidad se dedican a mirar y a tocar sin gastar un duro-. A veces ciertos tratos entre hombres de negocios se cierran con una buena “juerga de putas”. Otras veces la despedida de soltero incluye una “consumición” en el burdel de turno o contratar los servicios de alguna prostituta. En algunos burdeles se organizan fiestas temáticas para chicos jóvenes en las que se sortea un polvo con la chica elegida. Al parecer es una práctica cada vez más extendida. Lo último son los “narcoprostíbulos” en los que la droga se incluye sin límites en el menú del putero.                                                                                        

Para la mayor parte de los puteros, el burdel es un oasis repleto de mujeres semi-desnudas y disponibles a su antojo. Hoy en día hombres de todas las clases sociales tienen a su alcance esclavas rumanas, paraguayas, dominicanas, brasileñas, nigerianas…                                                                                                                                                     Esta clasificación la he sacado de “Amelia,historia de una lucha”, una novela gráfica firmada por Alicia Palmer, Roberto García y la propia Amelia Tiganus, activista por la abolición de la prostitución, que fue, durante años, víctima de trata.                                                                      

La literatura, el cine y las canciones han idealizado a menudo el mundo del burdel. Hay proxenetas malos, sí, pero la puta y el cliente suelen situarse en el mundo de la “bohemia” y el “mal vivir”, o bien son protagonistas de un cuento de hadas del tipo “Pretty Woman”.                                                                                                        

España es el país europeo con mayor demanda de sexo pagado. A nivel mundial ocupa el tercer puesto. Según Naciones Unidas, el 39% de los varones españoles ha pagado en alguna ocasión por sexo. España también es uno de los principales destinos de tráfico de mujeres del mundo. De acuerdo con los datos oficiales, el 80% de la trata mundial se realiza con fines de explotación sexual y de ese porcentaje, más del 90% de las víctimas con mujeres y niñas.                                                                           

 En palabras de Tiganus: “Hace falta una legislación que persiga el proxenetismo y el consumo de prostitución, junto con políticas de apoyo para las mujeres que quieran escapar de ella”

 

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