
Llevaba el pelo normal y una camisa normal, combinada con pantalón, zapatos y calcetines...normales. Sus gustos en comida música y literatura eran normalitos y su casa estaba decorada de forma normal. Había conseguido tal grado de normalidad que claro, todo el mundo le consideraba un friki.
Muuuu bueno relato.
ResponderEliminarMerÇi madamme!
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