DISIDENTE

El disidente se dirige a votar sonriente. En la mesa le han reconocido y le dan la mano con premura. No hace tanto, era un carismático dirigente, hasta la purga del último congreso. Ahora mantiene el morbo del ex despechado. En términos periodísticos, la nube de fotógrafos de anteriores consultas ha quedado reducida a un par de aburridos efectivos. Con la excitación del momento, al disidente se le ha caído el voto al suelo. Al agacharse para recogerlo choca con la mujer que le sigue en la cola y que tenía la misma intención. Una situación enojosa pero divertida que ha disparado algunas risas nerviosas en los presentes. En todos menos en uno. El apoderado de su partido ha cruzado con él una mirada fugaz pero muy elocuente y una sonrisa mentirosa . El sabe bien a quien pertenece ese sobre manchado con la huella de una pisada.


Por cierto es mi cumple. Eskerrik Asko.