Justo en esta semana, marcada para mí por una actuación que recreaba la ahora mitificada década de los ochenta, llega "Midnight In Paris", la última de Woody Allen, donde la añoranza de épocas no vividas es base argumental.
Aunque el peso interpretativo reacaiga sobre un Owen Wilson que apenas cambia su careto de pasmao en toda la película, la verdad es que hacía años que no me entretenía tanto viendo una de Woody, que siempre tiene algo que merece la pena en sus historias. Como contrapunto, el elenco de actrices guapas y creibles es espectacular, desde la prometida convencional y rica que encarna Rachel McAdams hasta la musa de los bohemios de los años 20 que realiza (enamorando) Marion Cotillard . Lo de Carla Bruni -que está correcta- es pura anécdota.Woody nos propone la posibilidad de viajar a un Paris soñado para descubrir, que entre aquellos que lo habitaban tambien se soñaban otras épocas. Un dinámica de recreaciones que termina con el mejor gag que le recordaba en muuuucho tiempo, y es que cuando este hombre se pone gamberro, no puedes por menos que descojonarte. Hay muchos y buenos gags, una reflexión de fondo interesante y sorpresas divertidas: salen entre otros Picasso, Dalí, (encarnado por un inspirado Adrien Brody), Toulouse Lautrec y Scott Fitzerald . Al final de la proyección se oyeron aplausos.
1 comentario:
Este sábado voy a verla sin falta. Ya te contaré.
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