La vida
es lo que hacemos mientras hacemos planes, dicen que dijo John Lennon. Seguir
vivo es, entre otras cosas, ir asumiendo que uno no puede llevar a cabo todos
los tipos de vida con los que sueña en la infancia. En el mejor de los casos
lograremos que uno de ellos se haga realidad, asumiendo, eso sí, que tampoco
será exactamente como la soñábamos pues los sueños , sueños son.
Argumentos
como estos salieron a luz durante el debate posterior a la presentación del
libro “Vidas Anteriores” de Oscar Losa Vega, donde ejercí de presentador. La
segunda novela de este autor santurtziarra se centra en buena medida en los
reencuentros, en los pesados lastres que vamos arrastrando del pasado y la
necesidad de volver para curar las viejas heridas, aunque sepamos que a menudo,
es imposible.
La
sombra del pasado, que siempre se siente mucho mas cerca de lo que pensábamos
está también presente en otro libro: “Pasión y Muerte de Iosu Expósito” de Beñat Arginzoniz. Son ambos, escritores cercanos a mí. Oscar desde tiempos
remotos (aunque ahora vive en un pueblo de Cantabria) y Beñat desde hace
algunos años. Sin pretenderlo me han metido entre los dos en el tunel del
tiempo para trasladarme al Santurtzi de los 70/80 , tiempo de óxido,
excitación, cambios profundos y ansias por probarlo todo, especialmente aquello
que nos hiciera sentirnos más subversivos, más rompedores, más jóvenes de nuestro tiempo.
Los
recorridos de quienes habitan esas páginas y habitaron esas realidades son a
menudo paradójicos. Yo al menos, he conocido luchadores callejeros que han
terminado en la policía, chicos de familias ricas que han abrazado la heroina
hasta las últimas consecuencias o candidatos a la pura marginación preocupados
ahora por los posibles impuestos a las “grandes fortunas”.
En la
banda sonora de estas historias, sin duda, se encuentran entre otros, los
primeros álbunes de una mujer muy especial: Patty Smith. Tengo tambien muy
reciente la lectura de su libro autobiográfico “Eramos Unos Niños” donde se
refleja un tipo pasión por el arte muy alejada de los clásicos estándares de la
“Rock Star”. Patty es en realidad una poetisa que se convirtió en rockera de
éxito “por aclamación”, cuando los artistas que la rodeaban en el New York de
finales de los setenta, conscientes de su talento y su magnetismo,
prácticamente la subieron en volandas al escenario. Recientemente la
disfrutaba por tercera vez, en el mismo atrio del Guggenheim, en uno de esos
conciertos que te hacen sentir en el lugar del mundo “donde se debe estar”, deletreando a voz en grito el nombre de GLORIA, que es una mujer y son
todas las mujeres resumidas en la figura admirable de la Patty.
Ya lo
dijo Benedetto Croce…. Somos hijos de nuestro tiempo
más que de nuestros padres.
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