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Interior del "Gaueko".Foto: Gotzon Monasterio |
En un
rincón del Casco Viejo, junto al eterno MUGA, que servía como inmejorable
preámbulo y decorado como si de un inmenso WC se tratara estaba el legendario
GAUEKO.
Nadie
sabe como lograban el milagro, pero aquel local pequeño y un tanto laberíntico,
los jueves y viernes, se convertía en Sala de Conciertos. Un auténtico desafío
a la física. ¿Dónde podíamos meternos todos los que íbamos? ¿Cómo podíamos
bailar, desplazarnos a la barra o fumar en aquella mini sala repleta hasta la
bandera?
Bien
cierto es el dicho tantas veces citado de la era hippie: “Si te acuerdas de
algo es que no lo viviste”. Yo siempre traté con sumo respeto con los agentes
anestésicos y quizás gracias a ello conservo suficientes fogonazos en la
memoria como para escribir sobre ello.
Cierro
pues los ojos y veo a Josune, de los Tijuana in Blue aporreando bidones con
unas mazas como si le fuera la vida en ello. Veo a Mamen- Vulpess acompañando a
los “Yo Soy Julio Cesar”, en uno de esos días en lo que no tenían su noche y
Alfredo, el guitarra, trataba de afinar (sin afinador, por supuesto), llenando
de distorsión la sala, con cara de
disgusto hasta que arrojó la guitarra al suelo, visiblemente enfadado con ella
(y con la humanidad) . Por ahí aparecen también los primeros Kortatu de
Power-Trio, haciendo saltar a la masa compacta con su revuelta frenopática y
Los Desechables subiendo tanto la temperatura que caían literalmente gotitas de
sudor del techo.
Conciertos
clamorosos de bandas que no conocía y cuyo destino desconozco: Los Güitos de
Burgos, por ejemplo, que hicieron un concierto inolvidable y se evaporaron – en
lo que a mi respecta- para siempre.
Hasta
en tres ocasiones recuerdo a la policía dentro, en alguna de aquellas jornadas
en las que todo se mezclaba y todo se ponía patas arriba.
En
aquellos correosos ochentas acompañaban al GAUEKO en su empeño por programar
conciertos otras salas reconcentradas como el BOLO’S, del siempre inquieto Bolo,
el GARAJE, más conocido como LA JAULA del barrio de San Ignacio con muy diversas etapas en su
largo recorrido y el heróico Gaztetxe del casco Viejo, que llegó a tener una
programación regular que incluía a toda la fauna local de la época (incluida la
banda del que escribe) más nombres como UK Subs, Nomads, Meteors, Angelic
Upstarirs y un interminable etcétera.
Algún
ángel de la guarda protegió a aquellas salas del desastre. Jamás ocurrió un
accidente grave y millones de veces estuvo a punto. Cuando el ayuntamiento
cerraba recientemente el Kafe Antzokia, aduciendo problemas para su evacuación,
recordaba yo aquellas aglomeraciones humeantes, aquellas descargas eléctricas,
aquellos escenarios repletos de entusiastas saltarines que hacían volar sus Doc
Marteens entre focos y amplis. Nadie se ahogó aquella vez en la que un miembro
de los UK Subs tuvo la brillante idea de “defenderse” de un presunto atacante
(que solo él identificó como tal) con un spray anti-violaciones que cortó la
respiración de todos los presentes a varios metros a la redonda (nunca pensé
que fueran tan eficaces) , nadie se hirió de gravedad cuando se hundió el suelo
de la discoteca ERNE de Oihartzun en plena actuación de los Bad Religion y
parecía que el mundo se había abierto bajo los pies. Tampoco había nadie
-milagrosamente- debajo de aquella torreta de bafles que se precipitó al vacío
en aquella AEKampada de Urkiola. Por no hablar de tantos y tantos animosos
“moshers” que se arrojaban desde el escenario confiando en la buena voluntad (y
en la elasticidad) de la masa receptora.
Tengo
que decir, en cambio, que apenas recuerdo escenas de violencia entre la gente.
Alguna pelea puntual, prontamente resuelta y siempre abortada por la
intervención de los presentes. Vi más mamporros y mucho más contundentes en mis
escasas incursiones por el mundo discoteca que en toda mi larga carrera de
espectador/espectado en conciertos locales porque ciertamente, no habré leído
todos los libros que mi edad aconseja, ni habré asistido a las suficientes
representaciones teatrales… pero conciertos, conciertitos y conciertazos… “pabernosmatao”.