lunes, 19 de noviembre de 2007
FUCK
El último hablante de una lengua milenaria esta a punto de morir. En su remota isla del pacífico no hay atención sanitaria. Le han trasladado a Ihahahotu, o isla grande, donde está el hospital y donde ya todo el mundo habla inglés. Ni el médico, ni la auxiliar ni la enfermera que le atienden en este momento han podido hacerle decir una sola palabra. Ninguno de los tres sabe que ese anciano se lleva consigo fonemas, expresiones, vocablos moldeados lentamente por siglos de lenguaje compartido. Ahora parece que quiere decir algo, hace un esfuerzo se yergue ligeramente y sí. Justo antes de expirar escupe esa palabra de cuatro letras que eriza los pelos a los angloparlantes. Se diría que su boca muestra una cierto punto de sonrisa.
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