Las casetas de la feria del libro de ocasión soportaban una lluvia rabiosa, apenas media docena de curiosos merodeábamos entre toldos agitados y agresivas trombas. En ese contexto, los libros antiguos adquirían un hálito melancólico: “Mao Tse Tung”, “Gironella”, “Plantas medicinales”... De pronto me fije en ti, un libro muerto, absurdo, inservible: “Informática para iniciados, el MS2”… un título con vocación de manual práctico que perdió su vigencia en alguna fecha del pasado siglo y que ya, sencillamente, no sirve. Por alguna razón me quedé contigo, tu lacónica cubierta me contó muchas cosas: te crearon ilusionados en los primeros ochenta, te adquirieron junto a un ordenador mastodóntico y te consultaron con frecuencia durante meses…después llegó un momento en que las consultas se espaciaron y otros manuales acabaron ocupando tu sitio. Empezó entonces un largo y tortuoso periplo por ferias de segunda mano, cada vez más manoseado, cada vez más barato. Ahora se te podía adquirir en un bloque de “tres libros: un euro” y sin embargo, siempre te quedabas fuera. Así que te tome en mis manos , acaricié levemente tus páginas y te adquirí. En el momento justo en que te sacaba, dos goterones mojaron tu tapa.
ROBERTO MOSO
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