Aquel día se acostó alterado y era incapaz de dormir. Tantos engaños le tenían confundido. Se había creído lo de la tregua indefinida, se tragó lo del escaño robado a Zapatero, lo del reallity show holandés en el que donaban un riñón al ganador, lo de la campaña “todos con la Pantoja”. De hecho se creyó también en su día lo del “Efecto 2000” que iba a paralizar todos los ordenadores y lo del lío entre Cayetana y Aznar y las armas de destrucción masiva de Irak y hasta lo de “Amo a Laura”. Tantos bulos, tantas trampas le tenían muy preocupado. A él le habían educado en la verdad y tenía bien interiorizado que mentir es malo. ¿Qué estaba pasando?
Cavilaba sobre todo esto, envuelto en sudores, cuando de pronto escuchó una voz que le decía nítidamente al oído: “No te preocupes, tranquilo: todo lo demás también es mentira”. Era una voz profunda y tranquilizadora que le hizo el efecto de un masaje espiritual. Un dulce y plácido sueño se adueñó al fin de su conciencia. Era un 28 de diciembre.
Cavilaba sobre todo esto, envuelto en sudores, cuando de pronto escuchó una voz que le decía nítidamente al oído: “No te preocupes, tranquilo: todo lo demás también es mentira”. Era una voz profunda y tranquilizadora que le hizo el efecto de un masaje espiritual. Un dulce y plácido sueño se adueñó al fin de su conciencia. Era un 28 de diciembre.
2 comentarios:
Muy bueno Roberto. También nos están haciendo creer que no estamos viviendo el comienzo de una crisis...qué va qué va, yo leo a Kirkegaad como decían Faemino y Cansado.
gracias conde. Ya me dirás que enseñanzas se extraen del Kirkegaad. Uno no da para todo.
Publicar un comentario