miércoles, 24 de septiembre de 2008
VAGABUNDEAR
Un día su vida cambió de forma radical. harto ya de estar harto, como cantaba Serrat, comenzó a dedicarse a lo que realmente le gustaba. Abandonó de golpe estrés y preocupaciones y se entregó de lleno a la música y a las plantas medicinales. Se dejó crecer la barba y el cabello y aprendió a vivir con mucho menos pero también con mucho más: El calor de los parroquianos en el bar, los emotivos cánticos populares, la dulce alquimia de tabaco y licor afinando emociones hasta el amanecer. Así que claro, casi le resultó una broma pesada cuando aquellos policías le despertaron bruscamente de su dulce sueño en el parque y le soltaron de sopetón aquella frase absurda: Radovan Karadzic, queda usted detenido por crímenes contra la humanidad.
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7 comentarios:
Me gusta me gusta...de los que más me ha gustado. Y yo que me empezaba a sentir identificado leyéndolo...vaya final
je je je , objetivo cumplido.
es que tb los asesinos en masa tenemos sentimientos
malos, eso sí, pero sentimientos al fin y al cabo.
Bueno, bueno, los genocidas y los teclistas sois punto y aparte...
Pues me ha gustau, oyes.
pero...¿al final el asesino no es siempre el mayordomo?
Noemi: Me gusta que te guste
Anomiko: El moyordomo (o el teclas...)se come el marrón, que no es lo mismo.
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