Me perdí subiendo al monte Umbe. Sin saber cómo, penetré por unos extraños vericuetos boscosos que no terminaban nunca, hasta dar con aquella luz cegadora. Salí del coche y me acerqué despacio hacia el resplandor hasta que distinguí aquella figura. Sí, era la Virgen, o al menos se parecía mucho a la figura de la Inmaculada Concepción que recordaba de la infancia. Ella me habló con dulzura y me dijo que todo era verdad. Que fue concebida sin pecado y que se aparecía aleatoriamente a pastorcillos y despistados como yo para que extendiéramos testimonio de su existencia. Traté desesperadamente de conseguir más información pero se despidió diciéndome que todo estaba en las sagradas escrituras. Cuando volví al coche estaba confundido. Me había ocurrido algo sobrenatural, sí , pero… qué mal rollo ¿no?
4 comentarios:
El lugar, estaba predestinado para construir un santuario, aunque las apariciones a la vasca parece que no tienen mucho tirón.
En cierta ocasión, vi a un padre como frotaba con agua, los pies de su hija paralitica, algo que no deja indiferente a casi nadie.
Un poco más abajo, hay una habitación habilitada como museo, donde los que se curan van dejando los elementos que ya no utilizan, cachabas, muletas etc.
Entre todos estos tétricos artilugios, también se encuentran una serie de pulseras que pasaron de ser un cacho de cobre con forma de pulsera a ser producto farmacéutico de diseño y que se le llamo pulsera Rayma Quien tiene un verdadero problema, tiene derecho a creer hasta en el sinvergüenza de Reticulín, en cambio, quien fué fiel a la pulserita y la abandona por el agua bendita, no tiene remedio.
A eso se le llama un comentario ilustrado. Me comentan que tambien, si se observa con atención, hay pastllas de viagra en el fondo el estanque...
Coño! No sabía que volviera a haber apariciones marianas en Unbe. Cualquier día aparece por allá Iker Jiménez. Ah, Nineuk zure Altzako ezagunak ezagutzen naute jaio nintzenetik.
Bai horitxe! zure txikitako argazkia nahikoa zen!
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