Era un hermoso día de primavera y se sentía feliz. Caminaba en compañía de su hermana y los rosales perfumaban el paseo por la extensa avenida. Vivían a gusto en esa ciudad como de “Los Simpsoms”, un lugar ni muy grande ni muy pequeño, donde conocías a todo el mundo pero también podías gozar de las ventajas de una gran urbe, con sus cines, sus polideportivos y un parque de atracciones a punto de inaugurar. Era una jornada radiante en un paisaje del primer mundo Su madre les había prometido macarrones, mientras su padre, igual que Hommer, trabajaba en la Central Nuclear.
Era un 28 de Abril de 1986 en la próspera ciudad de Pripiat, justo al lado de Chernobyl.
3 comentarios:
si está claro que la realidad supera a la ficción con mucho, esa foto la visto en la web de una chica que le gustan las motos y los grandes espacios desolados.
Una duda, la fecha de 28 de abril como día de la seguridad en el trabajo tendrá algo que ver con la primavera del 86.
Las casualidades existen, digan lo que digan. Yo no dejo de pensar en Garoña y tantos otros fistros que envejecen y envejecen...
estamos en crisis. no podemos permitirnos el lujo d cerrar una fuente de energia barata. juas,juas,juas. todos a tomar por culo.cuatro estrellas
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