MORUA

Con varios meses de retraso, confirmo la muerte de uno de esos personajes que dedican su vida a alegrar

a la gente. Acabo de leer la muy emotiva semblanza que le dedica el ex-jugador del Portu Luis Mari Pérez "Luis" que me ha dejado el corazón encogido. Javier Ozaeta Polancos, al que le gustaba ser reconocido como Javi Morua era realmente un tipo que se hacía querer. En su texto, Luis Mari Pérez recuerda un episodio verdaderamente insólito del que fuimos testigos allá por el año 1979. La Orquesta Mondragón atravesaba su momento más dulce y todos sus conciertos (entonces sobre todo por Euskadi) se contaban por llenos. El pabellón de Zubi-Alde, en Portugalete, no fue una excepción. Todo quisque que en aquel momento se tenía por musicadicto en la zona se encontraba allí dispuesto a disfrutar del directo cabaretero y eléctrico de la primera maciza Orquesta Mondragón. Como era habitual en cualquier evento destacable de la Villa, Morua y su hermano estaban también con toda la parafernalia periodística de cartón que se habían currado. Hacían una retransmisión en toda la regla, con entrevistas al personal y todo. Vivía el periodismo de calle como si fuera el propio Jose María García, poniéndole una chispa que hacía las delicias del personal. 

Lo que nadie habría sospechado es que Morua se atrevería a saltar al escenario y reproducir sus hits habituales: "Maria Isabel" y "la Manguera", para las que tenía preparadas sendas coreografías.



Javi Morua, a la derecha, homenajeado en La Florida.
Foto: Web oficial Portugalete C.F.



Pocas, muy pocas veces ocurren imprevistos en los conciertos. En los tiempos paranoicos que vivimos, Morua habría sido pateado sin contemplaciones en cuanto tratara de subir a escena, no me cabe duda alguna. En aquel momento, Gurrutxaga comprendió rápidamente que ese hombre era querido y le cedió la gloria durante esos minutos presentándole con honores de invitado. La mayor parte de la gente asumió enseguida que eso entraba muy bien en el Cabaret rockero que estábamos viviendo y se sumó a la fiesta siguiendo el número del sombrero. Los músicos de la Orquesta, incluido el fenomenal guitarrista Jaime Stinus, se unieron a la mágia de momento y acompañaron de forma magistral al espontáneo con sus instrumentos. Para broche final Javier Gurrutxaga atacó el "Rock & Roll" de Lou Reed vestido de novia-rocker y todos caimos entregados al show.

Se que suena a lo de siempre. Pero es que yo le estoy escuchando, narrando con emoción los eventos celestiales ante un público, esta vez sí, multitudinario y entusiasta. Gora eta gora beti: Javi Morua.