Como estaba previsto y ensayado, la última nota del concierto se mantuvo
en el aire largo tiempo. La gran diva cerró los ojos y saboreó el
rugido de las masas, de todas las masas que tantos estadios habían
llenado a lo largo de su carrera. Sintió como si flotara, como si
ascendiera a los cielos como la virgen de las misas de su infancia. Los
abrió brevemente y le pareció apreciar un baño extraño tras una capa de
espuma. Entonces se apagó la luz.
2 comentarios:
la buena de whitney. asi acabaremos todos, kiza soñando con otras cosas, miles de hongos en un gran robledal, por ejemplo.
Ya te digo brothel, menos mal que alguien, casi un mes después, se decide a ponerle una líneas...
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