El mismo día que cumplía los quince, Sara miró desafiante
al espejo y proclamó solemne:
Nunca más me impondrán su ley. Nunca más vivir exiliada de mi misma. Entérate mundo.
Hoy Sara sale del armario.
Entonces, con pausados movimientos, cubrió su cabeza para
siempre con aquel HIYAB.
9 comentarios:
Vaya con el microrelato.
Te veo valiente nineuk. Al filo de la navaja.
Resulta que más que unas cuantas musulmanas defienden el Hiyab como la libertad de decidir su sumisión a Alá. Por lo poco que sé,las musulmanas, en euskadi o en españa, no dicen sometimiento al macho (aunque ésta puede estar dentro de las ordenes de Alá). Y dicen que nosotros no tenemos libertad por estar sometidos a la moda,la imagen etc etc. Que una mujer desnuda en portada de revista ´sí que se somete al macho y al dinero y al materialismo. Que ellas llevan Hiyab por su ideal de la belleza interna en contra de la imagen materialista. Por lo tanto Sara parece decidir su libertad en contra de sometimientos occidentales.
Libertad. Qué bella palabra. No es sólo el ansia de los encarcelados. Qué dirían de élla los que mueren en áfrica y en guerras, o los enfemos graves; incluso terminales. Aquellos que van a una carcel hospitalaria pues no soportan la suya interna y cuendo salen, la sociedad parece una cárcel mayor. Y la exclavitud a la salud psíquica, y a todas nuestras goteras físicas (cada vez mayores, al avanzar en edad).
Yo de lo del Hiyab no tengo ni idea, o no tengo huevos para hablar contra él; pero en principio no me gusta, precisamente.Aunque si se trata de ser políticamente correcto, y de luchador contra todas las injusticias del mundo entero, tendré que someterme a la libertad de decir "Qúe verguenza que lo lleven en pleno siglo XXI", pues lo diré, pero es que entonces tendría que decir cienmil cosas que van en contra de nuesstra "libertad" y "derechos humanos" (¡¿Derechos qué?!!) y decir "Bienestar social (¿mandé) gracias a los socialdemocratas liberales" ¿Me lo puede repetir? ... Como cantaban en"No hay tregua" los Barricada: "¿Dónde está la salida?" Porque yo no sé volver de úbeda al HIYAB.
Buena reflexión. Según sus códigos, ella se siente libre, y en cierto modo tiene razón porque las "libertades" que sufren las occidentales también son una dictadura. La moda, el ideal de la belleza, el hacer lo que los demás para no sentirse rechazada...¿Quién es más esclava?
No sé. Creo sólo que nadie tiene el monopolio de la libertad y las costumbres correctas. Aquí se ha presumido de eso, y hoy se celebra un día del que mejor no hablar; sobre todo en lo que se refiere a libertad y buenas costumbres.
Bueno. Yo parto del respeto a las creencias. Pero no nos engañemos. La presión social condiciona sobremanera nuestras opciones. En los cincuenta-sesenta los gays se cuidaban muy mucho de permanecer en el armario y si salían lo hacían en la clandestinidad y/o estigma. La cuestión es: Dejando a un lado su uso más habitual...¿salimos del armario siempre que creemos hacerlo?
Hay veces que sí. Otra cosa es que lo que digan los demás al respecto sirva para algo o ni siquiera sea verdad pues algunos que odian a los gays no querrán quedar de homófobos. Las frases más racistas empiezan siempre con "Yo no soy racista pero los X..."
Al igual que los gays en los tiempos de Franco, los enfermos psíquicos (no me gusta llamarles "mentales") tampoco salían del armario. Efectivamente la presión social es demasiado fuerte para cualquier colectivo "marginal". Yo empecé a hablar de mi bipolaridad con 28 años.Pero es normal el estigma, porque la gente (en la que me incluyo), en general no quiere líarse con problemas de otros. Tú imaginate que una persona con bipolaridad escribe sus experiencias en un blog.Ese blog recibe muchas visitas; pero quizá algunos de los que le conocen y se proclaman amigos suyos digan, bueno aquí mejor no hacer un comentario no vaya a ser que se me asocie con... Porque además, pueden pensar "muchos enfermos mentales suelen ser asesinos" (esto es lo que le hacen pensar a la gente los medios de comunicación, que desvirtúan la verdad a cada minuto) Y no vale de nada nombrar a enfermos psíquicos célebres: Virginia Woolf, Hemingway,Kurt Cobain,Ibarretxe (bipolar)etc. Pero es normal. Yo caería en lo mismo. Tú mismo decías que te decían algunos: bueno sí, será muy interesante pero el yuyu no me lo puedo quitar.
La próxima vez moderaré mis parrafadas. Empiezo y no paro... es lo que pasa cuando...y además..
Un abrazo Roberto
Pero no he contestado bien a tu pregunta: Dejando de lado su uso más habitual... Mi respuesta es categóricamente NO. En sociedad no salimos de nuestro armario personal por lo que pueda decir la gente, para que no nos rechacen; es lo que ha dicho Juli.
Podemos ir de sinceros y de guays y creer que lo somos (sin darnos cuenta de lo que nos presiona la sociedad) pero aquí todos podemos tener algún trueno que esconder, independientemente de colectivos.
Nuestra cabeza es un armario lleno de "armas", para defendernos, para parecer, para molestar, para conseguir, para disimular mediocridad, para persuadir, para engañar.....y engañarnos, en ésta selva.
Hay armarios mejores y peores pero no depende de culturas la calidad del armario.
Bueno. hacía tiempo que no se generaba un debate ( si se le puede llamar así) en este blog. os agradezco sinceramente que useis parte de vuestro tiempo en reflexionar en público sobre la cuestión. Yo tiendo a la inseguridad. Por eso me gusta la literatura, porque te permite plasmar ideas sin pretender sentar cátedra. Es como enseñar fotografías. vale, alguien puede interpretar intenciones... pero una vez publicado el texto ya no es tuyo. O al menos las conclusiones que se sacan, pueden ser varias. Últimamente he oído lo de "salir del armario" en varios contextos.En mas de uno me he preguntado si realmente "salia" o se estaba "metiendo"...
Gracias a tí. Yo también pienso que la iteratura es más valiosa que las filosofías que siempre dicen qué es qué y cómo debe de ser cada cosa.Los microrelatos consiguen, con pocas palabras, diversas interpretaciones, y hacen ver lo relativas que son muchas cosas; mejor inseguridad sana que ingenua seguridad. Los cuentos de Bucay, por ejemplo, llevan una "enseñanza" demasiado racional y lógica. La vida no es matemática.
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