Brakaman |
Corría el año
1976 y los imberbes rockeros de la época, siempre pendientes de la radio, marcábamos
fecha en el calendario. El teatro Arriaga –antes de su remodelación- anunciaba
la despedida de la banda de Country local “Traidor, Inconfeso y Martir” y la
presentación estelar de los donostiarras “Brakaman”, una de las contadísimas
bandas locales que practicaban entonces “Glam-rock”. Los
conciertos de rock eran entonces muy escasos y constituían verdaderos
acontecimientos. Aquella mañana de domingo,
los aficionados nos acercamos al teatro atraídos por la leyenda tejida
en torno a sus directos “Es como ver al Lou Reed de Rock & Roll Animal con
su banda”.
Y allá que nos fuimos. En
busca, como siempre de cualquier rastro de Rock & Roll a buen volumen que pudiera haber
por la zona. Fuimos en aquel tren cercanías plateado de la RENFE, siempre
repleto, a menudo impuntual y nos encontramos con otros peregrinos similares
que apenas llenábamos la mitad del aforo.
Buena
parte de los congregados eran amigos del grupo invitado: “Traidor, Inconfeso y Mártir”,
una banda de “Country” con cierto pedigdrí en la capital que se despedía allí
mismo. Su lider –curiosidades de la vida- era Gregorio Villalabeitia, actual cabeza
visible de Kutxabank.
Aquel día
no les pude odiar mas. Yo iba viendo como la hora de nuestro último tren
razonable se acercaba peligrosamente mientras ellos ofrecían más y más bises a
su congregación. Los teléfonos móviles no existían ni había cabinas en el
teatro. Los puntos para ganar un buena bronca familiar iban aumentando.
Así
que no fue aquel un concierto disfrutado como se debe, pero sí, mereció la
pena. Aquel sonidazo, aquellas pintas de cuero brillante y camisetas coloridas,
aquellas luces estroboscópicas que te hacían sentir en otro lugar. Lejos de las
miserias de aquel Bilbao tardofranquista. Brakaman, efectivamente estaban muy
lejos, muy por delante de lo que había entonces por aquí. Jaime Stinus era un
“Lead Guitar” alucinante (como después demostraría con la Orquesta Mondragón) y
Borja Zulueta era, efectivamente, una muy buena versión del Lou Reed de la
época. Brakaman, eran, definitivamente, un grupo demasiado adelantado a su
época y por los comentarios que escuché después, pocos éramos entonces los que
agradecíamos un concierto como aquel.
Pocos
años despues Borja Zulueta formaría otra banda precursora: “Negativo”, a los
que tuve la ocasión de entrevistar en “El Huerto” templo rockero de la época
que ETA voló en su campaña “Contra el tráfico de drogas”. En
aquella entrevista me hablaron de “Arrebato”, una película de Ivan, hermano de Borja donde ellos participaban en
la banda sonora. No suponía yo entonces que se trataba de un filme llamado a
convertirse en autentico objeto de culto. Tanto
Brakaman como Negativo desaparecieron de forma fugaz y fugaz fue tambien la
carrera de Ivan Zulueta. La heroina y su letal influjo en aquellos años tuvo
mucho que ver en eso. Ambos eran hijos de un matrimonio de artistas: una madre
pintora y un padre que dirigió el Zinemaldia en los años cincuenta. Crecieron
entre su Villa de “Miraconcha” y sus viajes por el extranjero. Tras
años dedicado a labores de “back Stage” en Febrero nos dejaba Borja Zulueta. Su
hermano nos dejó hace 10 años. Dos
adelantados a su tiempo cuyo legado fue mejor aprovechado por quienes vinieron
después. Ellos mismos protagonizaron un guión que valdría tanto para una buena
película como para un rápido y potente Rock & Roll.
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