lunes, 16 de noviembre de 2020

EL GRAN PANTALLAZO

Este maldito 2020 será recordado, entre otras cosas, por el año que multiplicó las pantallas. Las constantes llamadas a quedarnos en casa y a no salir de nuestro entorno más cercano nos han llevado a aumentar considerablemente nuestro tiempo ante una pantalla. Pantallas para el estudio, pantallas para las compras, pantallas para pedir comida, pantallas para hablar con los amigos, para mantener reuniones de trabajo, para ligar, para asistir a espectáculos, para el sexo… Pantallas en casa, en el metro, en el trabajo. Como si de un plan organizado se tratara, todo parece favorecer que nos pasemos el día mirando pantallas. 

De una forma sutil y casi imperceptible parece que nos vamos convirtiendo en uno de esos capítulos terroríficos de la serie “Black Mirror” casi sin enterarnos. Hay incluso quien se manifiesta feliz al respecto. Yo reconozco que, en algunos aspectos, me pueden ser útiles, pero son muchos los expertos que advierten de que el tiempo de exposición ante una pantalla no debe alargarse demasiado. Habrá que ver cuantas de estas actividades se quedarán definitivamente a vivir con nosotros cuando acabe esta pesadilla. La semana pasada participé desde la sala de mi casa en la iniciativa “Getxoblog”. Me daban el premio SU por mi actividad bloguera, algo que no me esperaba y me hizo ilusión. El acto, dadas las circunstancias, tuvo que ser por videoconferencia y lamentablemente se vio seriamente afectado por una serie de ataques que impidieron el normal desarrollo. Mi intervención, entre otras, fue boicoteada con videos asquerositos y músicas extrañas. Tengo que confesar que nunca había sentido de forma tan evidente un ciberataque. Uno cree en su ignorancia que está bastante protegido con su anti-virus y que, realmente, no tiene nada de interés para nadie y resulta que el día menos pensado alguien te puede dar un disgusto de la manera más inesperada porque esas pantallas que ocupan tanto espacio en tu vida, están al alcance de quien quiera usarlas contra ti. 

Empujado por ese hecho inquietante me puse a buscar información. Resulta que el aumento exponencial del teletrabajo y la escasa formación y concienciación de muchos usuarios han multiplicado las amenazas en ciberseguridad. El Centro Avanzado de Operaciones de Seguridad “Secure & IT” ha detectado hasta octubre más de 700.000 alertas, amenazas, vulnerabilidades y ciberataques. El riesgo de un ciberataque en una empresa es cada día más amplio. Las estadísticas señalan a España como el tercer país que más ataques recibe del mundo, tras Estados Unidos y el Reino Unido. La situación afecta de manera grave a las pymes y autónomos porque la capacidad de respuesta aún es precaria. Según el citado centro seis de cada diez empresas no pueden volver a iniciar la actividad empresarial tras sufrir un ciberataque. De hecho, los costes para ‘solucionarlo’ son cuantiosos “la media de coste de un ciber ataque es de 50.000 mil euros” una cantidad que puede quebrar cualquier actividad empresarial. El número de ciberataques aumentó un 25% el año pasado y la COVID-19 ha provocado un fuerte incremento de las amenazas este año. La amenaza no viene solo de los llamados ciberdelincuentes, según este centro la escasa formación y concienciación, los empleados descontentos, los errores humanos, la falta de medidas técnicas, o el incumplimiento legal son factores para tener muy en cuenta. 


Un amigo me envía un meme de humor: “Lo bueno de tener más de cuarenta años es que hicimos todas nuestras estupideces antes de que existiera internet”. Justo cuando me estoy riendo, creo escuchar la voz de Siri: “Yo no estaría tan seguro” …

2 comentarios:

Jan dijo...

Ya estamos en Black mirror

nineuk dijo...

Pues sí. Yo me siento a menudo como parte de la serie.