La cita era en la Ekoetxea de Irún, situada en el parque natural de Plaiaundi, en la bahía de Txingudi. Era el día mundial del medio ambiente. Días antes, Ramón Elósegui, veterano miembro de “SEO Birdlife” y colaborador de nuestro programa de radio durante años nos hizo la propuesta: “tenéis que ir al parque ornitológico de Plaiaundi, es un lugar excepcional, el 60% de las aves que vuelan sobre la península recalan ahí y las autoridades no acaban de comprender su importancia. Hay varios proyectos que amenazan la zona y pueden causar un grave perjuicio a muchas especies”. Ramón es un hombre muy respetado en la organización conservacionista, lleva décadas observando, grabando, fotografiando y catalogando las aves que surcan nuestros cielos.
Así que allí me fui, con mi mochila cargada de
transmisores, micrófonos y auriculares. Como llegué con tiempo decidí dar un
paseo de reconocimiento: un camino de graba bordeado por una valla de madera te
introduce por un espacio boscoso que rodea un campo de rugby. A lo largo del recorrido hay varios puestos
para el avistamiento de aves, buena parte de ellos están situados en la zona
que linda con la desembocadura del Bidasoa: la bahía de Txingudi. Eran las 9:30
de la mañana y ya podían verse numerosos aficionados provistos de prismáticos y
cámaras de fotos. También se veían trípodes y cuadernos de notas. Por alguna
razón, quizás por verme cargado con la mochila, o por la habitual confusión que
causa la dichosa mascarilla, varios de los hombres que se cruzaron en mi camino
se dirigieron a mí como si me conocieran de toda la vida. “Acabo de ver un
estornino rosado en la zona de las cabañas” me dijo uno entusiasmado. Otro me
enseñó varias fotos con sus últimos logros en la captación de especies
extrañas. Yo ya he oído hablar de los observadores de pájaros de Gran Bretaña,
una tribu abundante y muy curiosa que aparece a menudo en la literatura y en el
cine. Pero nunca había tenido la ocasión de hablar con tantos elementos
autónomos de esta curiosa práctica. Al poco llegaron mis interlocutores Xabier Garate
y Txema Cabrita de SEO-Donostia dos entusiastas discípulos de Ramon Elósegui,
al que veneran como auténtico maestro del conservacionismo vasco, un hombre respetado
como pocos en el mundo de la ornitología. Desde la organización quieren llamar
la atención sobre algunos proyectos urbanísticos que pueden afectar negativamente
al parque y quieren también que ese estadio con su pista de atletismo se
traslade a otro lugar. En realidad, ese traslado ya se aprobó en un acuerdo
entre instituciones a mediados de los años noventa, pero según dicen “siempre
hay alguna excusa para llevarlo a cabo; ahora es la pandemia”. Está claro que
no hay ninguna voluntad real”. Tras la conexión y las entrevistas tuve ocasión
de pasar un buen rato con estos hombres (todos eran hombres en ese día) que me señalaban
constantemente diferentes especies, me daban mil detalles sobre ellas y me
invitaban a contemplarlas con sus binoculares. Aquella pasión tan blanca, tan
poco materialista, me despertó una inmensa ternura. Allí no había competitividad,
ni adrenalina, ni violencia, solo curiosidad y amor por esa enigmática especie
que nos precede en muchos millones de años sobre la tierra.
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