A pesar del tiempo desapacible con el que ha amanecido, la playa está repleta de curiosos. La noticia ha corrido por todo el pueblo desde la madrugada. Una ballena moribunda ha llegado hasta la playa de Atxabiribil.
- ¿Pero una ballena de
verdad?
- Sí, sí, una de verdad, no
como aquello que vimos hace años en la playa salvaje. Dicen que es un bicho
enorme... Eso hay que verlo.
El cetáceo, de unos ocho
metros de largo, ya no muestra signos de vida. Las olas van meciendo mansamente
su cadáver. Entre la muchedumbre concentrada, algún madrugador asegura haberlo visto
con vida...
- Antes movía la cola arriba
y abajo, parecía que intentaba volver al mar, pero ahora...
Entre los asistentes, presuntos
jubilados, familias ataviadas con vestimentas deportivas de moda, surfistas
habituales; pequeños que corretean hacia la mole, mayores que los obligan a
volver, algún periodista... Media docena de perros sueltos giran y ladran excitados por la presencia de ese bulto desconocido, otros tantos son sujetados con dificultad por sus dueños. Entre la
ballena y la multitud se ha desplegado una cinta de seguridad. Dos chicas con
chalecos amarillos advierten a gritos:
- No se acerquen, la marea
está subiendo y el animal es muy pesado. Si se vuelca puede aplastar a
alguien... Además, al parecer está enfermo, puede ser contagioso...
Las chicas pertenecen a una
asociación de biólogos voluntarios para la protección de la fauna marina y parece
que saben gestionar este tipo de situaciones. Sin embargo, un muchacho se
desliza bajo la cinta y corre hacia la ballena para tocarla. Un vozarrón entre
la multitud sentencia; "Hay que ser gilipollas". Smartphones y
cámaras de fotos inmortalizan el momento.
-Aita, hil da balea?
Un niño de cuatro o cinco
años que está a mi lado ha hecho la pregunta. Su padre, de aspecto bastante
joven, está muy concentrado en su grabación
-Aita, hil da balea?
-Hala dirudi maitea...hilzorian edo hilda dago, bai...
- Eta zergatik hil da?
- Auskalo maitia. Neskari entzun diozu... beharbada gaixorik zegoelako...
edo istripuren bat izan du...
El gesto del niño se descompone
por momentos.
-Eta zergatik dago bakarrik? Baleak ez al du amatxorik?... Aita?
Pero ahora mismo la prioridad
de su padre se centra en el magnífico vídeo que causará sensación en el grupo
de whatsapp. El llanto compulsivo del chaval interrumpe su momento
reportero...
-Baina laztana, zergatik egiten duzu negar?
Empujada por un violento
golpe de mar, la ballena se ha volcado y muestra en su vientre unas líneas
sanguinolentas. El padre intenta a la desesperada cambiar de estrategia:
-Ez egin negar, Erlantz, egia esan ez dakigu hilik ala bizirik dagoen.
Oraintxe etorriko dira albaitariak
ospitalera eramateko...
- Baina beitu, odola dario... balea hil daaaaa...
- Ez egin negar, polit hori, balea zeruan dago -se le escucha decir a una señora desde atrás-,
Consciente de que se ha
convertido en el nuevo espectáculo el padre, nervioso, da por terminado el show
y hasta el uso del euskera:
- ¿No decías que querías ver
la ballena? ¿Te traigo y ahora te pones a llorar? Pues hala, "Pa
casa", que es donde mejor estás. Joder.
La pareja se va dejando atrás
un murmullo. Un cielo plúmbeo sirve de decorado ideal. Entre los comentarios
abundan las tesis proto-ecologistas, parece necesario culpar a alguien de la
triste escena. Se escucha la voz de una chica acusando
"indudablemente" de la muerte de la ballena al plástico que abunda en
los océanos. A otro tipo le parece "vergonzoso" dejar el cetáceo morir
así "sin ningún tipo de asistencia". A lo lejos, los llantos del niño,
que ahora son alaridos, añaden a la escena la banda sonora adecuada.
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