Fragmento extraído del libro "El Descontento" de Beatriz Serrano.
- ¿Es el primero? -pregunto como si me importara.
- Sí, acabo de venir del ginecólogo y ya lo puedo contar, me moría de ganas.
En las oficinas, un niño siempre es motivo de alegría.
A los compañeros de trabajo les encanta celebrar la llegada de un bebé al mundo. Es otra excusa para brindar, para decir cosas oportunas, para seguir un ritual: un espacio donde se sienten cómodos. «¡Tu vida va a dar un giro de 180 grados!
Pero merece tanto la pena...» «Ay, la mejor decisión de mi vida. No hay otra cosa igual.» «Veras qué alegria.» «Tu madre estará contenta, ¿no?» «¡Olvídate de dormir por las noches!» «¿ Y tu marido ya está practicando para cambiar pañales?» El ritual empieza con las felicitaciones en petit comité, seguidas por una felicitación oficial dentro de la comunicación corporativa mensual de la empresa: «;Y una última cosa, no menos importante! ¡Nuestra familia crece!». Después se prepara un brindis de despedida antes de que la futura mamá o el papá se coja su baja y, más tarde, cuando ya ha nacido el niño, se organiza una colecta para hacer un regalo.
Al poco tiempo, la recién parida o el nuevo padre vienen a la oficina a enseñar a su bebé como si fuera el niño Jesús: lo pasean por la oficina recibiendo las felicitaciones y ovaciones de todos los compañeros. Una parte de mí desearía quedarse embarazada para coger esa baja. Después, se inicia otro ciclo: la mamá vuelve a la oficina y la alegría se va disipando.
Si no rinde lo suficiente, se le llama la atención, como si nadie fuera consciente del cambio que ha sufrido su vida y quisieran que fuera cuanto antes la mujer que solía ser. Si pide reducción de jornada supone un problema para los demás.
Si se queja demasiado es que quizás no valía para eso. Si no se queja nada es una rara que jamás habla de su hijo. En una oficina, ser madre es un arma de doble filo. Un niño siempre es una alegría, pero una madre es una pieza del sistema que empieza a oxidarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario