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sábado, 9 de noviembre de 2024

CINE: MARCO. (LA MENTIRA ES LA QUE MANDA).

 


Pues sí, me ha gustado Marco. Es uno de esos pocos casos en los que imaginaba, grosso modo, lo que iba a ver y, sin embrago, he salido satisfecho del cine. Eduard Fernández no decepciona nunca y los directores del filme, hasta ahora, tampoco. Con esas garantías era raro que el producto me resultara decepcionante.                                                                    

Es curioso que en este caso, a pesar de que todo el mundo conoce la historia, es decir, que entramos en el cine con el spoiler traído de casa, el interés, al menos en mi caso, no disminuye en absoluto. 

Marco es un impostor, pero no del todo. Él tuvo su propia historia breve de sufrimiento carcelario en la Alemania nazi, pero no le daba para héroe. Casi sin querer, su peripecia se va exagerando adecuadamente y se convierte en la cruzada de su vida. "La mentira es la que manda, la que causa sensación" cantaban ESKORBUTO y Marco tiene la habilidad de emocionar con su relato.  "Todo el mundo miente un poco sobre su biografía" dice cuando todo se destapa. "Se non è vero, è ben trovato" dicen en Italia y Marco lo sabe bien. Otros de su asociación vivieron de verdad el terror de los campos de concentración y exterminio pero no lo saben transmitir como él.  

Dejando a un lado la historia en sí y las reflexiones que pueda suscitar, lo cierto es que la narración, el ritmo, las secuencias, te llevan de la mano de modo que no te aburres en la hora y cuarenta minutos que dura. Al final no sabes muy bien si quieres o no que el impostor se lleve su merecido. El protagonista consigue que empatices con el personaje hasta ese punto.

   

lunes, 20 de diciembre de 2010

4 MESES, 3 SEMANAS Y 2 DÍAS.

Premios y más premios para una película que deja el cuerpo como si te hubieran pegado. Y tan verdad es eso como que cada una de las escenas te tiene cogido de la pechera y no puedes -por mucho que te repugne- apartar la vista de la pantalla.
Tengo que decir que yo estuve quince días del año 84 en Rumanía (la película se desarrolla en el 87) y en cierto modo contaba con la ventaja de haber vivido aquella extraña sensación de normalidad anormal, aquel perpetuo mercado negro en el que se mascaba la tragedia (la temida "Securitate") y donde mucha gente se esforzaba en seguir pensando que vivía en el mejor de los mundos posibles.
Al igual que me ocurrió con "La Cinta Blanca", hay momentos en los que sientes la repugnacia de pertenecer al mismo género de ciertos congéneres, aquellos capaces de cualquier ruindad con tal de satisfacer sus putos genitales (¿somos todos así en potencia?) . Tambien hay otra característica que acerca a ambas películas. Se componen de escenas largas, a veces con cámara fija deleitándose en el plano de un perfil parlante, otras moviéndose por una noche fea y angustiosa... No, no es un canto a la condición humana precisamente. Las dos protagonistas femeninas  resultan tan creibles que deseas abrazarlas con toda tu alma. Con la misma intensidad meterías un tiro sin el menor remordimiento a ciertos secundarios (retratados con tanta sutileza en su maldad que hasta parecen buenos). Angustiosa, seca, certera, bella, penetrante, incómoda, apabullante... 

lunes, 3 de mayo de 2010

SOUL KITCHEN


Bilbao es lo que tiene. Si quieres ver películas que se salgan del tiesto, tienes los Multis y tienes los Renoir. Sus pantallas son más pequeñas y sus butacas menos cómodas. Además, son minicines, si te despistas acabas como yo, en la fila dos, ladeado y viendo figuras gigantescas y un poco deformes.
Aún así, esta película me gustó. Es una de esas comedias urbanas que hacen un canto a la amistad proletaria y al común de los mortales. Los protagonistas son inmigrantes griegos en Hamburgo y la mayor parte transcurre entre las paredes de un restaurante grande, marginal y sin atisbo de estrellas Michelín. Me  recordaba mucho a las comedias argentinas esas que tanto hemos consumido en los últimos años. Parejas que no se acaban de emparejar, amigos y hermanos a los que hay que perdonar todo y un sistema implacable dispuesto a exprimirte -si eres pobre- a las primeras de cambio .
Por lo demás, tenemos un buen guión, un ritmo trepidante y una banda sonora variada y vitalista donde predomina el "soul" pero conviviendo con delicioso rock machacón y piezas como "La Paloma" en la versión de Nana Moskouri.
Solo permanece en uno de los Multis y si quieres informarte en la prensa sobre el argumento, es muy posible que no la encuentres. Y eso con el premio especial del jurado en Venecia.
Si se me permite un último comentario, los actores son  excepcionales y la actriz Anna Bederke, como decirlo, es punto y aparte. Unas risas con el cine alemán... quién lo iba a decir.

martes, 23 de febrero de 2010

THE ROAD

El padre y el hijo avanzan hacia el sur por un mundo desolado. No sabemos que ha pasado ni que buscan exactamente, pero el hecho es que la humanidad se ha reducido a unos cuantos giñapos harapientos que sobreviven como pueden. Bandas organizadas cazan personas para comérselas. Todo es parduzco, miserable, ruinoso (fenomenal Aguirresarobe con la fotografía). En ese marco los comportamientos etico-morales se derriten peligrosamente al calor del día a día. El padre trata de mantener valores de humanidad en su hijo "Somos los buenos, llevamos el fuego", pero en realidad es el niño el que imparte esos valores siendo simplemente él mismo ("Si él no es la palabra de Dios, entonces Dios nunca habló"... reflexiona el padre) .
En la práctica el padre no puede evitar demostrarle con hechos que el hombre es lobo para el hombre y que la supervivencia obliga a la crueldad. Hay algunas (pocas) treguas. Momentos de hallazgos jubilosos y baños reparadores, pero predomina la angústia, la amenaza incierta, la desconfianza en cada paso.
Hay algo profundamente perturbador en ésta película, una íntima sospecha de que las cosas podrían ser así (o parecidas) a poco que la historia, o el cosmos lo propiciaran. Las pinceladas de vida burguesa y familiar que se intercalan, como recuerdo de un pasado irrecuperable, contribuyen a aumentar la sensación de fragilidad de lo que hoy tenemos.
THE ROAD (LA CARRETERA)  se me ha fijado  unos cuantos días en la memoria. Si todo esto te suscita interés no te la pierdas. Esto sí que es -para mí- cine de terror.

domingo, 23 de marzo de 2008

POZOS DE AMBICIÓN


Director: Paul Thomas Anderson. Guión: Paul Thomas Anderson. Reparto: Daniel Day-Lewis, Paul Dano, Ciarán Hinds, Kevin J. O'Connor, Russell Harvard.
Amigo lector. Esta película, titulada originalmente "There will be blood" (Aquí habrá sangre) se te aparecerá en todas las críticas inflada de estrellas, no habrá adjetivos suficientes para ponderarla y además, tiene no se cuantos oscars. Pues bien, este humilde espectador acabó agotado de ver, durante más de dos horas las tribulaciones de un tipo duro, luchador, ambicioso y amargado que se chupa todos los planos (su interpretación es convincente a la par que cargante). A parte de eso el guión es plano hasta la simpleza y realmente con la primera media hora ya te sabes todo. Cuando se encendieron las luces de la sala, un espectador gritó: "¡que paliza!" (la vi en Logroño) y francamente, las risitas que le siguieron, lo dicen todo. No tengo suerte con mis elecciones cinematográficas últimamente. A mí también me pareció un turre. Acabas de petróleo y de descampados áridos hasta la coronilla. La película desaparece (con alivio) según llega el ansiado The End. Para mí, prescindible por completo. Es una opinión