PERSONAS CRIADAS POR ANIMALES

El mi tema de mañana en Escrito en la Niebla y la verdad es que me resulta apasionante. Que haya personas que se han criado con animales es ya un hecho tan contrastado como enigmático.

Hay un abundante registro de niños criados así, sobre todo por lobos, aunque también por osos, monos o gacelas. Uno de los casos reales más interesantes fue el de las niñas lobo Amala y Kamala, que fueron criadas por una manada de lobos cerca Midnapur, en la India. Parece ser que no eran hermanas y que fueron adoptadas por los animales en dos momentos distintos.

Cuando las encontraron aullaban, necesitaban estar con perros para comer bien (carne cruda sobre todo), se quitaban a mordiscos las ropas que les ponían, tenían hábitos nocturnos, vista desarrollada en la oscuridad y un olfato extraordinario. Tambien contaban con serias dificultades para aprender a hablar y caminar erguidas y debían de dormír juntas y acurrucadas.

Otro caso más reciente fue el de La “niña pollo” de Portugal, como se dio a conocer en los medios. Se llama Maria Isabel Quaresma Dos Santos y fue encontrada en enero de 1980 cuando tenía 9 años de edad. La encontraron encerrada en un gallinero, en Tábua, Portugal.



Marcos Rodrigued durante el rodaje de "Entre Lobos"



Maria Isabel nació el 6 de Julio de 1970. Al año de nacer, su madre la encerró en el gallinero de su granja, donde pasaría prácticamente toda su infancia. La madre tenía graves deficiencias mentales y consideraba que María Isabel no formaba parte de la familia. Los tres hermanos mayores de la niña no corrieron la misma suerte y vivieron una infancia relativamente normal.

Los pocos habitantes de la aldea conocían el caso de esta niña, pero nadie lo denunció ni hizo nada por remediarlo.

En 1980, una organización religiosa se hizo cargo de la niña y consiguió internarla durante un periodo corto de tiempo en una institución, pero sorprendentemente, la niña fue devuelta a su familia al poco tiempo.

Pero el caso saltó a los medios y una mujer, Maria Joâo de Oliveira, radióloga en el hospital de Torres Vedras, decidió tomar cartas en el asunto. Cuando tomó contacto con ella, lo que se encontró fue una niña que manifestaba claramente las mismas reacciones que las gallinas. Caminaba como ellas y movía continuamente sus brazos como si fuesen las alas, tenía las manos encallecidas, pues jamás había caminado erguida, durante años, se había alimentado con la misma comida que las gallinas lo que le había producido graves problemas de crecimiento. Pese a tener casi diez años, su edad cerebral se había estancado a los dos, no sabía hablar y tan solo emitía cacareos. No tenía absolutamente ninguna educación higiénica e intercalaba en su carácter estallidos de cólera con episodios de reclusión interior, sin prestar el más mínimo interés a los estímulos exteriores.

Maria Joâo, llevó a la niña a distintos hospitales para que fuese estudiada y reconocida por los médicos. Pero el caso parecía no interesar demasiado a nadie y otra vez, increíblemente, la autoridades obligaron a devolver a la niña a la familia. Hasta que poco tiempo después, vía denuncias judiciales, la niña sería internada por fin una institución psiquiátrica de Lisboa, allí pasó un tiempo hasta que fue trasladada a “La Casa del Buen Samaritano”, una institución para niños con deficiencias mentales, donde ha estado hasta nuestros días.

Otro caso documentado y reciente es el de Marcos Rodríguez Pantoja nacido en Añora, Córdoba, 7 de junio de 1946 . En 1953, teniendo Marcos Rodríguez siete años, y tras una vida de malos tratos, es vendido a un cabrero, y será al desaparecer éste cuando el niño quede abandonado en medio de la naturaleza. Será encontrado en 1965 por la Guardia Civil, tras doce años viviendo en completo aislamiento de los seres humanos y con la sola compañía de los lobos. La policía nunca presentó cargos contra el padre, que aún vivía, y que al reconocer a su hijo sólo le reprochó haber perdido la chaqueta.

Con posterioridad un sacerdote le enseñará a hablar, y será internado en el Hospital de Convalecientes de la Fundación Vallejo, en Madrid, hasta ser reintroducido como adulto en la vida en sociedad. Hará el servicio militar y se dedicará trabajar como pastor y en la hostelería. Sufrirá numerosos timos y engaños, al desconocer el funcionamiento de la sociedad y el significado del dinero. Actualmente vive en Galicia,  con una persona de su confianza y manifiesta llevar una vida feliz.

El estudio del caso fue llevado a cabo por el antropólogo y escritor Gabriel Janer Manila, que en entre noviembre de 1975 y abril de 1976 entrevista a Marcos Rodríguez con el objeto de estudiar las medidas educativas necesarias para su integración. El antropólogo estableció que las causas del abandono de Marcos no fueron fortuitas sino deliberadas y producto de la extrema pobreza. El investigador destacó también que la supervivencia de Marcos fue posible gracias a las destrezas básicas adquiridas en la etapa previa a su abandono así como a su extraordinaria inteligencia natural. Durante su aislamiento, el niño aprendió los ruidos de los animales con los que convivió, y los empleó para comunicarse con ellos, mientras poco a poco abandonó el lenguaje humano.

Una vez que se encontró de nuevo inmerso en un ambiente social, tras su captura por la Guardia Civil, realizó una lenta readaptación a las costumbres humanas, manifestando todavía en la edad adulta preferencia por la vida en el campo y los animales (con los que tiene un trato especial) y desarrolló cierta animadversión por el ruido y el olor de las ciudades. Considera que "la vida entre humanos es peor que la vida con los animales".

El dramaturgo Kevin Lewis ha escrito una obra infantil inspirada en la vida de Marcos Rodríguez, titulada "Marcos". Su caso ha sido objeto de la tesis doctoral del antropólogo que lo entrevistó, y recientemente se ha rodado una película sobre el caso (Entre Lobos), dirigida por Gerardo Olivares. Existe incluso una entrevista radiofónica con ellos, realizada por Ramón Lucas en Radio Nacional de España, que puedes escuchar aquí

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