martes, 26 de agosto de 2014

ONCE

Hace frío en Dublín. Una ciudad donde la música está en todas partes. El músico callejero trata de hacerse oír combatiendo la indiferencia, la feroz competencia, la picaresca de los desahuciados. En la funda de su guitarra hay algunas monedas al anochecer. Entonces se permite dejar de ser complaciente y se anima a cantar sus propias canciones. Una de ellas parece ser un desgarrador reclamo. Parece dirigida a un amor huido, frustrado, lejano. La calle parece desierta pero no lo está. La joven del abrigo y ojos tristes se ha parado intrigada por esa letra, por esa voz rota, por esos acordes doloridos que llenan el aire helado. Al terminar ella le echa una moneda y él no puede evitar cierta mofa - "10 céntimos, menuda fortuna". En realidad sí lo es. Ella es checa y vive con lo justo en los extrarradios de la ciudad, junto a su madre y a su hija. Ella también sabe tocar. El dueño de una tienda de instrumentos le permite probar sus pianos. Entre los dos surge una historia tan bella y melancólica como el paisaje que la rodea. Hay dos protagonistas presentes y otros dos ausentes. Estos últimos no lo saben, pero condicionan de forma fatal el destino de esa relación. Una historia de amor donde el sexo es sustituido por la música. Un argumento tan simple como verosímil trenzado a base de canciones que saben a lluvia y a soledad. Once es una película donde la música es omnipresente, tratada con un protagonismo y un gusto nada habitual en el cine. Una cinta para dejarse acurrucar que te deja con ganas de mas. Me la recomendó recientemente Bruno Pekín y ha pasado a mi lista de películas musicales imprescindibles junto a "The Future is Unwritten", "The Commitmen", "Control", "Tommy" , "This is Spinal Tab" o "Buenavista Social Club".                  

3 comentarios:

El Conde de MonteCristo dijo...

La acabo de ver. Es una película diferente, especial. A veces parece casi un docu-reality semicasero. Reconozco que se me ha hecho un poco lenta al principio. La historia desprende sentimientos por todos los lados: sentimiento humano, romántico, familiar, y englobándolo todo el musical. Bonitas canciones escritas por ambos protagonistas, además. Glen Hansard transmite buen rollo con solo verle. La próxima nochebuena se le volverá a ver tocando por las calles en su cita habitual en Grafton Street junto a Bono. Parece un buen tipo.

nineuk dijo...

Pues nada, la próxima vez que se acerque por estas tieras allí estaremos pues, dándole calorsito...

El Conde de MonteCristo dijo...

A ver si se acerca. Sabes de la historia real entre Hansard y la chica checa? Lo he leído en la wikipedia.