martes, 27 de octubre de 2020

BUKKAKE

El debate sobre “Educación sexual y pornografía” se va calentando. La pedagoga se muestra rotunda: “La educación sexual de nuestros jóvenes está siendo bombardeada por la pornografía. Es un problema que nos incumbe a todos y cuyas consecuencias, de cara al futuro son impredecibles”. Ha emitido la frase con seguridad y energía. En debates anteriores vino a decir lo mismo, pero esta vez, la experiencia le ha permitido elaborar un poco más la afirmación y añadir un elemento dramático que cree muy eficaz: el verbo “bombardear”, que sitúa el problema en términos bélicos. El debate se lleva a cabo en un estudio de radio y además de la sexóloga participan un pedagogo y el representante de una asociación de padres de familia. Los datos que van aportando son a cuál más sorprendente: “Hace unos días sorprendimos a alumnos de 10 años que chateaban entre si manejando términos como MILF o Bukkake como si hablaran de fútbol”. “Estamos detectando que cada vez más niñas quieren hacerse una depilación completa porque es lo que ven en esas películas”. “Entre los adolescentes cada vez se buscan más videos de violaciones e incestos”. Todos están de acuerdo en lo pernicioso que es el consumo de pornografía entre niños y adolescentes, pero las decisiones a tomar no parecen tan claras. El pedagogo opta por el diálogo: “Es muy importante que padres y educadores hablen con sus hijos y les expliquen que el sexo no es eso, que eso que están viendo es una mentira tan grande como que Superman puede volar, en caso contrario estarán condenados a la frustración”. El padre de familia parece molesto con lo que acaba de oír: “yo creo que ya no estamos en ese escenario, es el momento de las decisiones políticas; el porno debería estar prohibido o, al menos, debería ser de pago. No entiendo que haya que pagar por ver series y películas y el porno esté al alcance de cualquiera”. El sexólogo tienes sus dudas: “Hay diferentes tipos de porno, en algunos casos puede incluso ser utilizado con fines educativos. Todo sabemos que las prohibiciones no hacen sino agravar los problemas, como ocurre con las drogas…” Llegados a este punto el locutor decide dar paso a las opiniones de los oyentes. “No es normal que mi hijo de ocho años esté preocupado por el tamaño de su pene. Eso son cosas que han aprendido por culpa de la pornografía”. “No nos engañemos, el porno es un producto de consumo masculino que se basa en la explotación de la mujer y exhibe constantes humillaciones. Es la manifestación más clara y obscena del patriarcado”. “Pues yo creo que no se combate porque hay muchos adultos que lo usan y de eso no se habla”. “Yo nunca olvidaré lo que me dijo mi padre cuando me sorprendió masturbándome: hijo mío, hay dos tipos de personas; las que reconocen que se masturban y los mentirosos.” La sintonía del programa va tomando poco a poco el protagonismo. El conductor se despide repitiendo los datos: Ocho de cada 10 chicos consumen pornografía habitualmente en la adolescencia. La edad de inicio es a los 12 años y los hombres realizan búsquedas activas mientras las mujeres tratan de aprender qué se espera de ellas. Casi al 55% de los jóvenes encuestados por Save the Children les gustaría poner en práctica las escenas que ven, en su mayoría violentas y con abusos. No hay tiempo para más. Damos la bienvenida a nuestros compañeros de la redacción de deportes.

2 comentarios:

Pascu dijo...

Como todos los chavales de mi edad, me inicié en el sexo con pornografía (entonces prohibida, y por tanto más valorada). Y no me ha ido tan mal

nineuk dijo...

Si. Hablar de pornografía en genérico es demasiado amplio. En general -es lo que vengo a decir en el artículo- se acaba hablando de todo y de nada. Hay que hablar de explotación, de porno que en realidad es delincuencia, de los intereses que hay detrás y también, claro está , de los usos y aspectos positivos que pueda tener.