martes, 10 de noviembre de 2020

HORTOGRAFIA RADIKAL

Esta es la historia de un hombre que conoció en los ochenta una fama fugaz. Su banda de punk-rock duró muy poco en realidad. Nunca conoció estadios llenos, ni giras ni hoteles. Sin embargo, eso sí, durante unas cuantas semanas se habló mucho de ellos. Protagonizaron un escándalo espectacular y estuvieron en las portadas de todos los periódicos. El grupo se llamaba “Los Tampones” y fueron invitados a intervenir en el programa “Cajón de Ritmos”. Interpretaron su canción “Estamos Contra las Reglas” y todos los bienpensantes de la derecha más rancia pusieron el grito en cielo. Hubo infinidad de protestas contra Televisión Española por programar una canción “tan horrible” y eso, precisamente, fue lo que les otorgó una gloria furtiva y, quizá, demasiado inflada. Grabaron un único disco y hartos de tanto ruido en torno a su escándalo, decidieron dejarlo. “Los Tampones” (banda inspirada parcialmente en las Vulpess) se codearon con los grupos más señeros del Rock Radical Vasco y estuvieron a punto de actuar en Anoeta. Pero finalmente todo quedó en una anécdota fugaz. Ahora, más de treinta años después de aquel suceso este hombre, el que fuera cantante de aquel combo, viudo padre de mellizos adolescentes con los que no consigue entenderse, malvive con un sueldo de bibliotecario y tratando de dedicarse a la escritura. Un día, desde el instituto donde estudian sus hijos le llega una propuesta: ¿por qué no reunís a los tampones para la fiesta de fin de curso? Los Tampones siguen vivos en el recuerdo de mucha gente y su leyenda también ha llegado a oídos de muchos jóvenes, que llevan orgullosos el nombre de la banda en sus camisetas. Esta es la base argumental de “Tratado de Hortografía”
, el nuevo libro de Patxi Irurzun, una novela que se presenta con el reclamo “una novela sobre el Rock Radikal vasco”. Aunque esto puede ser muy efectivo para atraer a cierto perfil de lectores, lo cierto es que “Tratado de Hortografía” es mucho más que eso. De hecho, un hipotético lector que se acercara al libro por esa razón podría incluso sentirse decepcionado. El rock vasco de los ochenta y todo lo que lo rodeó es solo un telón de fondo. “Tratado de Hortografía” es, en realidad, una novela sobre la brecha generacional, sobre la difícil comunicación entre padres e hijos, incluso cuando estos padres se consideran modernos, dialogantes y hasta herederos de la cultura punk. Es también un libro sobre la amistad a través de los años y sobre el trauma de envejecer cuando has crecido en una época que sacralizaba la juventud. Si, también es un relato sobre aquellos locos años en los que la fiesta y la reivindicación se vivieron intensamente hasta que la heroína lo sumió todo en el horror y la muerte. Son muchos los aciertos de este trabajo, incluyendo su portada que reproduce una colección de cintas de cassete muy propia de aquella época. Un tiempo irrepetible en el que muchos jóvenes soñamos con escribir nuestra propia historia y hacer un rock que fuera “más alegre que en ningún sitio aunque no diera dinero” , como cantaban Hertzainak. “Tratado de Hortografía” mantiene muy bien la tensión narrativa y te deja con ganas de más. Alguien debería hacer una serie con ella. Yo ahí lo dejo.

2 comentarios:

Jan (Los imprescindibles) dijo...

No te pasa que de repente te preguntas ¿pero como cojones es posible que tenga más de cincuenta años si ayer era un chaval?

nineuk dijo...

Me pasa, me pasa. Y últimamente me pasa algo peor; miro 20 años atrás y me me parece que fue ayer. Miro 20 años hacia a adelante y me veo anciano (con suerte)...