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jueves, 1 de mayo de 2014

ESKORBUTO Y LAS IRONIAS DEL DESTINO

Foto: Pablo Cabeza
(publicado en el último número de "Zarata -Mondo sonoro")

Crecen y se multiplican por doquier biografías y revisiones críticas. Miguel Ríos, más directo que nunca, se marca una biografía que me reconcilia con el personaje. Elena Lopez Aguirre publica una muy currada historia del rock vasco y prepara otra sobre el papel femenino. Lengua de Trapo le hinca el diente a la movida madrileña con Patricia Godes y a Kortatu con Isidro López y Roberto Herreros y luego está la universidad.
Las jornadas promovidas por la Universidad de Alicante donde estuvimos hablando sobre el rock andaluz, el heavy mesetario o el “rock bravú” ante alumnos interesados y críticos sirvieron como base para el libro “Rock Around Spain” editado ahora por Kiko Mora y Eduardo Viñuela.
Punto y aparte lo de Eskorbuto, un fenómeno que crece hasta límites insospechados. La “banda mas honesta del mundo” nutre de forma imparable documentales, dossieres y artículos de prensa. Hasta la astracanada esa de los “Ocho Apellidos Vascos” usa su canción bandera “Mucha Policía , Poca Diversión” en uno de sus momentos más sonrojantes. Son ahora tan adorados y mitificados que resulta irónico que Iosu y Jualma se despidieran de este mundo proclamando que tenían “Demasiados Enemigos”.
Al ya clásico “Historia Triste” de Diego Cerdán, que sigue conociendo reediciones ampliadas, se sumaba la doble biografía de Roberto Ortega “Rock y Violencia”.
Entre los apuntados a la fiesta se incluye también Oscar Cubillo, que sin embargo, para ensalzarlos, no desaprovecha la ocasión de arremeter de nuevo contra el RockRadikal Vasco. Quienes fuimos incluidos en esa etiqueta, estábamos “subvencionados” (sin especificar por quien), hacíamos “bolos y verbenas” y nos apuntamos al “rebaño” de los alegres y combativos. Genial. Estaba tentado de ponerme a su altura pero no lo voy a hacer. Al final, las opiniones basadas en insultos y mentiras se descalifican solas y califican la calidad de su autor. Zarama nunca recibió una maldita subvención. Nunca. Quien diga lo contrario miente. Así de sencillo.
Beñat Arginzoniz, autor de “Pasion y Muerte de Iosu Expósito” decía que de estar vivo, hoy Iosu sería un hombre triste y solitario. Es posible. Yo en cambio me lo imagino partiéndose de risa. Fueron tantos lo asuntos en los que fue visionario. El Iosu que dibuja Beñat (ya en plena decadencia) no es el Iosu febril que me buscaba para polemizar sobre su último descubrimiento. Cuando aparecía, los que estaban conmigo ya sabían lo que había. En él todo era urgencia. Me enseñaba una hoja de cuaderno con unas estrofas repletas de tachones, me la pasaba y esperaba mi reacción. Después llegaban horas de toma y daca que casi siempre terminaban por reafirmarle en sus tesis y a menudo en la base de una canción. “Los que trabajan se ríen de los parados y los que están libres de los encarcelados”.
En documentales como “160 Metros” o “La Gran Martxa de los 80”, en los que tuve el honor de participar, las apariciones de la banda son de traca. El irresistible contraste entre el Iosu fabulador y el Jualma rotundamente mundano, convierten esos momentos en los más celebrados. En todos ellos Paco asiste como testigo mudo tras sus gafas negras, cumpliendo el papel equilibrador que también jugaba en la batería. No es de extrañar que alguien, un tal Kikol Grau, haya tenido la idea de confeccionar un documental con la simple concatenación de entrevistas y actuaciones que pululan por la red. “Los demenciales chicos acelerados” jamás conocieron hoteles ni “back-lines” y sin embargo su mito va en aumento.
Una vez más dieron en el clavo: “Todo estará viejo y nosotros estaremos muertos”.