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martes, 1 de diciembre de 2015

SOSTIENE RICHARDS

Keith Richards & John Lee Hooker
Sostiene Richards que lo de sus cambios de sangre en Suiza es una leyenda urbana. Un día se le ocurrió gastar esa broma a unos periodistas y hasta hoy.
Sostiene Richards que no esnifó las cenizas de su padre. Las usó para nutrir un roble, aunque eso sí, en el proceso quedaron unos restos en su mano y -casi mecanicamente- las dirigió hacia un orificio nasal.
Sostiene Richards que  tampoco se cayó de ninguna palmera. Era un arbusto en el que se había acomodado cuando le llamaron para comer. Al bajarse se le resbalaron las manos en una rama y cayó dándose un fuerte golpe en la cabeza (que acabó llevándole al quirófano).
Sostiene Richards que el nombre Rolling Stones fue puesto al vuelo. El dueño de un club al que llamaron para tocar preguntó por el nombre del grupo y Brian Jones, agarrando el primer disco que tenía a mano enunció la primera canción que figuraba en el mismo...
Sostiene Richards que aquellos primeros Stones eran una especie de misioneros. Su meta era predicar el Rithm&Blues por Londres y su sueño grabar un disco. Para cuando quisieron darse cuenta un ejercito de chicas enloquecidas les estaban persiguiendo por las calles, llegando a hacerles temer por su integridad física.
Sostiene Richards que Brian Jones no digirió bien la fama. Se convirtió en un gilipollas insoportable y poco a poco el ácido y su falta de disciplina lo fueron alejando de la banda.
Sostiene Richards que la relación entre Brian Jones y Anita Pallemberg (a la que describe como la gran musa de aquellos años) era tormentosa y violenta. En un viaje de los tres a Marruecos Brian acabó en el hospital y el se lio con Anita; "era inevitable". Aunque no se muestra tan comprensivo cuando ella tuvo un lio con Mick Jagger durante el rodaje del filme "Performace".
Sostiene Richards que de pequeño era el "canijo" de la clase y como consecuencia, cada dos por tres le daban palizas. Tuvo que buscarse la vida para sobrevivir en un ambiente tan hostil y eso marcó su caracter.
Sostiene Richards que lleva treinta años sin chutarse y que la heroina es "la seductora más hija de puta" que existe.
Sostiene también que Mick Jagger ha cambiado mucho y que a menudo se comporta como una diva , se convierte en "Brenda". A Jagger y a Bill Wyman los describe como auténticos depredadores sexuales. Para sí mismo dibuja un perfil mucho más dulce en su trato con las mujeres, con las que nunca ha buscado batir records.
Estas y otras muchas cosas sostiene Keith Richards en su autobiografía. La historia de un chico que soñaba con tocar la música de negros americanos que escuchaba en la radio y para cuando quiso enterarse, estaba tocando con ellos.  La historia alucinante de un grupo que pasó de malvivir en clubs de mala muerte a llenar grandes recintos en el plazo de dos años y que han alargado su leyenda hasta el día de hoy, cuando ya rebasan los setenta.
El libro se llama "Vida", sin mas y es que relata una vida realmente intensa. La locura psicodelica de los sesenta. El sueño hippie convertido en pesadilla. Cómo sobrevivir airosos al punk y a la musica disco y todo ello con un hilo conductor fundamental: el amor a la música y en particular a la guitarra, algo que rara vez se plasma en los "biopics" (donde las canciones parece que se hacen solas) y que en cambio ocupa buena parte de las lineas más apasionadas del libro.
Keith acaba de publicar otro disco. Como él mismo dice, a los negros nadie les pide que se retiren del Blues así que...lo tomas o lo dejas baby.  Aunque desmienta una por una todas las fábulas que le acompañan, le encanta ese personaje que él ha diseñado para sí mismo. En el fondo le encanta su fama de canalla y que todos digamos al verlo "Menudo pedazo de cabrón el Keith"