El chiste fue un éxito, los cuatro rieron a rabiar.
Yo quedé satisfecho, convencido de que les había hecho
felices por unos eufóricos segundos.
El de la primera carcajada quedó después pensativo... “¿acaso
va por mi?".
El segundo reidor, más tarde pensó... “Era un chiste muy
machista, este tío no es de fiar”.
La dueña de la tercera risa meditó... “es muy gracioso,
pero alguien que cuenta algo así en público no puede ser muy inteligente”.
Pero lo peor fue el cuarto. La carcajada más
estridente: Todavía lagrimeaba cuando ya
estaba tomando su decisión.
“Ya sé a quién no voy a renovar el contrato”
4 comentarios:
Igual eran todos tartamudos y solo pedían jamón.
(pido perdón de antemano a todas las personas con problemas de dicción que se puedan sentir ofendidas con este pequeño chiste)
De ahi sus respectivos resentimientos ;-)
Intentar socializar le va a salir caro al pobre extrovertido. Lo peor es que hay mucho falso tras las risas.
Ya te digo. "Mas vale caer en gracia que ser gracioso" dice el dicho popular. Creer que te aprecian porque "te rien" es un error muy habitual.
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