martes, 16 de junio de 2020

FERMIN BALENTZIA. CASO ÚNICO


Corría el año 1976 y de pronto todo eran cambios. Surgían como setas las nuevas revistas de “información general” que animaban los expositores del kiosco del parque con sus novedosos titulares y las portadas del “destape”. Se renovaba la cartelera cinematográfica con películas como “Cria Cuervos” o “Canciones Para después de Una Guerra”. La ikurriña, aún ilegal, aparecía por todos los lados y un clamor a favor de la Amnistía general llenaba calles y plazas. El mundo de la música también reflejaba todo ese ambiente. Fue el año dorado para los cantautores. Era un tiempo en el que Raimón llenaba un pabellón madrileño cantando en catalán en un recital histór. Otros nombres como Paco Ibañez, Rosa León, Labordeta ó Luis Pastor  se enfrentaban a constantes multas por la censura y veían sus recitales convertidos en auténticas manifestaciones.                                                         En Euskadi vivimos el gran momento de los “kantaldis”. Artistas como Gorka Knork, Gontzal Mendibil eta Xeberri, Urko o Hibai Rekondo protagonizaban festivales explosivos que a menudo terminaban a palos. Uno de los rituales que se repetían en estos actos era el de los “goras” . Alguien lanzaba el primer “Gora Euskadi Askatuta” y la masa respondía unida. El “Gora Euskadi Sozialista” también tenía mucho quórum en aquellos años. Pero las respuestas iban menguando a medida que los goras tenían menos adeptos. El “Gora Euskadi gorria” provocaba los primeros pitidos que podían llegar al abucheo con otros como “Gora Euskadi Trotskista” o “Gora Euskadi Beltza”. Así solía ser en la mayoría de los kantaldis a los que asistí en aquel año, mucho más motivado a mis 16 años por  el activismo que por la música.  La sorpresa llegó en un kantaldi organizado en Santurtzi, concretamente en la plaza de Kabiezes. Estaban en el cartel Oskorri y Fermín Balentzia , un navarro al que no conocíamos. De pronto, por primera vez los “goras” cambiaron de orientación. El "gora Euskadi askatatuta" tuvo la respuesta habitual, pero fueron masivamente aclamados también el “gora Euskadi gorria” y “gora Euskadi maoista” que ya nos situaba en el terreno de lo lisérgico. Algún enteradillo (siempre había alguno” nos explicó la cuestión; se trataba de un festival organizado por la ORT, una organización maoísta muy activa en la época y prácticamente habían convocado a toda la militancia de la zona norte. Mi segunda sorpresa aquel día vino de la mano de Fermín Balentzia. Aunque su aspecto y su liturgia eran las de cualquier cantautor, ahí había algo distinto. Su manera de explicar las canciones, sus relatos autobiográficos, su voz con regustos de jota, sus composiciones… Recuerdo que intenté conseguir algún disco poco después, pero no, no tenía ninguno grabado; de hecho acaba de publicar si primer álbum , con 71 años…  Lo más curioso es que han tenido que insistir hasta la saciedad para que se animara a hacerlo. Los de la editorial Txalaparta lo conseguían a finales del año pasado. En todo este tiempo Fermín ha seguido cantando y componiendo, abundan sus devotos a lo largo de la geografía vasca , pero el siempre ha preferido las distancias cortas. Resulta increíble que temas como “Txantxangorria”, “Las Cadenas de Navarra” o “Tafalla”  sean tan coreadas sin haber conocido ninguna grabación.  En “Vivir ParaCantarla/Kantuari Emana” están estas y todas las demás. Las canciones del cercano, simpático incansable luchador: Fermín Balentzia. Caso único.     

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