Hay artistas tan rentables, que producen beneficios
incluso después de muertos. De hecho, hay artistas, y no son pocos, cuya muerte
les hace mucho más rentables que en vida. Se diría que un hecho tan
incontestable y democrático como morir dotara de cierto halo Heroico a quien lo
hace antes de tiempo. Son cadáveres explotados sin que ellos puedan oponerse o
protestar. Lo son, además, a menudo por
sus propias familias, que cuentan con los derechos de explotación de la celebridad
muerta.
Lo vimos con los héroes del celuloide, con los
“cadáveres agradables” del rock y del punk, con tantos otros artistas,
intelectuales, deportistas… Hemos visto a John Lennon y a Bruce Lee
protagonizando anuncios de coches de alta gama que nunca aceptaron hacer, hemos
visto a Michael Jackson y James Dio actuando después de muertos gracias a la
tecnología del holograma. Hemos visto a Sharon Tate librándose de aquella
muerte horrible gracias a la reinvención infantiloide de la historia que
Tarantino nos ofreció en “Érase Una vez en Hollywood”, en la que aquellos
hippies malvados son destrozados por los buenos y hemos visto también, entre
otros muchos, a Steve McQueen resucitado por ordenador para seguir vendiéndonos
cosas.
Ahora le ha tocado el turno a Lola Flores. Todo el
mundo parece encantado con esa resurrección digital de “La Faraona” para vender
cerveza, en un anuncio que coincide con lo que serían sus 98 años. “¿Tú sabes por qué a mí se me
entendió en todo el mundo? Por el acento. Y no solo me refiero a la
forma de hablar...". Un primer plano que a mí se me hace difícil de
aguantar se dirige a la cámara con mensajes como ese. Parece que sus hijas Lolita y
Rosario Flores han colaborado en el proyecto y han manifestado en las redes
sociales estar “encantadas” con el resultado.
En uno de los capítulos de ‘Black Mirror’ titulado ‘Ahora mismo vuelvo’, la
joven protagonista pierde a su marido y contacta con una empresa que produce robots basados en la “huella digital” de los muertos. De
esta manera, puede revivirlo digitalmente y
seguir interactuando con él como si no hubiera fallecido. De hecho, el nuevo
“marido” está perfeccionado en aspectos como su resistencia en la cama. Todo
ventajas ¿Una locura? Investigadores de Universidad de Ryerson
de Toronto, en colaboración con MIT Media Lab, están diseñando una aplicación
que nos permitirá comunicar con personas fallecidas. Según ‘The
Guardian’, la nueva tecnología convertirá la huella digital de
una persona en una especie de bot que trascenderá la muerte usando la inteligencia artificial. Se supone que la aplicación
recolectará todos los datos digitales de
la vida de la persona en cuestión para crear un robot que simule ideas,
conocimientos e, incluso, la manera de interactuar con los demás. Las máquinas
estarán diseñadas para aprender cosas nuevas continuamente, llegando a
responder preguntas posteriores a su muerte.
Este “avance” tecnológico es, hasta el momento, “lo que más se acerca al concepto de inmortalidad” según palabras del doctor Hossein Rahanama, que dirige la investigación. “Nuestro ser físico podrá morir, pero nuestro ser digital continuará evolucionando con el propósito de ayudar a la gente y mantener nuestro legado como un ser evolutivo”. Que miedito. De todas formas, yo lo tengo claro: Lola Flores no está anunciando cerveza.
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