Documental de Mikel
Toral y Txutxi
Paredes en torno a los años de intensa industrialización en la ría de
Bilbao y alrededores. Testimonio de un tiempo en el que la siderurgia lo
condicionaba todo, para bien y para mal.
Más allá de la nostalgia y de la evocación curiosa de
aquellos paisajes y aquellas formas de vida, este documental y su potencia
evocadora nos obligan a repensarnos mejor en este inicio del siglo XXI, desde
la reflexión de lo que fuimos y la proyección coherente y solidaria con lo que
seremos y serán quienes vengan después. Es una reivindicación histórica de la
clase trabajadora que forma parte de la historia invisibilizada porque que sin
ellos y ellas difícilmente puede explicarse el presente y el futuro. Ni olvido,
ni mitificación nostálgica del pasado. Por el contrario, con propuestas como
este ‘La fábrica de mi padre’ proyectamos una mirada honesta hacia el pasado y
a la vez hacia el futuro, agradeciendo y reconociendo tanto trabajo y tanta
lucha. Porque con memoria sí hay rumbo cierto.
Imanol Larzábal, Oskorri y Zarama en la banda sonora.
5 comentarios:
Esperemos, que con memoria, como tú bien dices, haya rumbo cierto.
Lo cierto es que observando el panorama actual en general, da la impresión de que como dicen los creadores más deterministas, no hemos aprendido nada y seguimos cometiendo los mismos errores.
Pero por otra parte, ahora, más que nunca, necesitamos reivindicar lo que se consiguió con tanta lucha y tener esperanza de que las cosas, con la ayuda de una buena memoria y un humanismo que a veces parecía en decadencia, consigamos recuperar un rumbo que se ve errático a principios de este siglo, y que ojalá (no perder la esperanza es importante) tome un camino mejor con ayuda de de documentos recordatorios como este del que nos informas.
"El pasado ha pasado y por él nada que hacer" cantaban los Eskorbuto. Es cierto, pero co él sí se pueden hacer cosas, de hecho se deben hacer. No cometer lis mismos errores, detectar los aciertos y también , procurar que no se olvide interesadamente.
En el caso más terrorífico que nos bombardea desde hace meses, Palestina, a mí me ha sorprendido muy gratamente, porque no me lo esperaba, que la gente, ante la larga inoperancia interesada de los políticos, se haya lanzado a protestar, y que, ante ello, los políticos se hayan tenido que mover. Vemos que quizá esto no sea sólo memoria, sino sensibilidad también.
Otra cosa es que el presidente del país más influyente, haya reaccionado ante ese movimiento como el gilipollas que es: justificando un genocidio por el terrorismo (contra el que yo también estoy en contra, pero no hay comparación con la limpieza étnica de Netanyahu) de Hamas. Pero algo se está moviendo.
Es verdad. Posiblemente sea lo único bueno de este horror televisado que nos toca vivir. Lo de los USA cuidado, castigar a ka prensa y a las universidades con multas, cierres y cancelaciones nos sitúa en una órbita muy peligrosa. No olvidemos que su influencia, tarde o temprano se nanifiesta en todo occidente. La democracia vive malos momentos.
Si, da miedito.
Publicar un comentario