Amaba la velocidad, la sensación de que el mundo iba
quedando atrás a toda pastilla. Aceleraba, aceleraba a grandes impulsos hasta
que era incapaz de distinguir lo que había ante sus ojos. Corría y corría hasta
la extenuación sintiendo que la libertad invadía todos sus sentidos hasta
emborracharse de ella.
Cuando ya no podía más, bajaba de la rueda y se
dedicaba de nuevo a comer lechuga, beber agua y desplazarse con sus patitas
entre deposiciones, por esa jaula de mierda.
8 comentarios:
grande rober
Abrazo habie
Pues yo no camino entre deposiciones si no mas bien entre muertos que se creen vivos,pero supongo que la sensación debe ser parecida.
Firmado el raton.
Es posible que ellos tengan la misma sensación...digo.
Ufffff, eres bueno!
Sin bromas, es muy fuerte, las cosas que sientes con Coca Cola...sensación de vivir...De depre nada. es desternillante...
Gracias Susana. Tengo días ;-)
jajjaj que buenoooo!!!!
jim
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