jueves, 16 de enero de 2020

BLANDENGUE MAN.



Estaba en el imaginario colectivo, pero, por supuesto, tuvo que ser  el Fary quien supiera verbalizar la teoría del “hombre blandengue':  "Ese que va  con bolsas de la compra o empujando un coche de bebé. Lo detesto. Además, las mujeres son muy pícaras y al darse cuenta de que tienen al lado a un hombre débil, lo rechazan... "
El Fary era, sin duda, portavoz de una mentalidad en crisis, pero que sigue más viva de lo que a veces creemos. En ese mundo-Fary la mujer nace para el hogar y el hombre para llevar el sustento.  El dinero decide quién es  dueño y quien criada. En el Viejo Mundo-Fary los hombres deben ser duros, fuertes y muy machos. Las mujeres, en cambio, laboriosas (sin cobrar), sumisas  y bellas. Los roles se reparten con el nacimiento y perduran para siempre. En ese mundo los niños son "campeones" y las niñas "princesas". Un hombre ambicioso  es aplaudido, una mujer ambiciosa no es fiable.
Usando la ironía, el músico Iñigo Muguruza proclamaba en una entrevista, poco antes de morir, su "blandura": "Yo soy ese hombre al que Fary odia, yo soy ese hombre blandengue". En el magazine 'Boulevard' de Radio Euskadi, una vez a la semana, analizan qué comportamiento debe tener el 'hombre blandengue' en diferentes situaciones.
Junto a otros tantos símbolos, la 'masculinidad' también está en cuestión. Con el fin de clarificar nuestro rumbo, la Diputación Foral de Bizkaia  ponía en marcha recientemente una campaña bajo el lema "queremos tíos buenos (“tipo apartak” en euskera)  porque "son hombres que respetan, valoran y apoyan, comparten y reconocen y, al mismo tiempo, no controlan, ni humillan, ni insultan, ni agreden ni matan".  Resultaba sorprendente que, en algunos periódicos, el mismo día, al pasar la  página apareciera  otro anuncio, firmado por Ecovidrio, en el que José Luis Korta, vestido con uniforme militar, nos ordenaba reciclar el vidrio de forma amenazante, echando mano de  la más rancia  y anticuada "masculinidad".
Y yo me pregunto ... ¿cuál es realmente el hombre 'blandengue'? ¿El que es capaz de hacer compras, poner lavadoras, cocinar, limpiar y cambiar enchufes? ¿El que quiere participar en la educación de su prole y es capaz de disfrutar con ello? ¿ el que  comparte obligaciones y derechos con las mujeres?. ¿El que se emociona  con facilidad, como Pablo Iglesias?.  Ya sé que esa denominación  se utiliza con coña, pero es que yo niego la mayor: Para mí los blandengues son los que prefieren vivir en una pocilga por no limpiar; los que piensan que la educación de sus hijos es cosa “de ellas”' – a menudo porque les asusta implicarse--; los que, cuando se quedan viudos, tienen que buscar  pareja, porque no son capaces de valerse por sí mismos; los que son tan valientes como para  pegar a una mujer.  Hombres  “ blandengues”, “tipo apartak”, “tíos buenos”, nuevas masculinidades... ¿y qué tal, simplemente,  personas decentes?.

4 comentarios:

Juli Gan dijo...

Gran reflexión. Viva el tío blandengue que el Fary despreciara. Ojalá hubiera más encantados de sentirse seres humanos iguales que los seres humanos del sexo opuesto.

nineuk dijo...

Y que no suelen ser blandengues, precisamente. las mujeres que he tenido cerca, en general, han sido bastante más duras que los hombres.

Anónimo dijo...

Vaya torito ay torito guapo... Como se entere el Torrente que andáis criticando a su Fary sus apatrulla bien apatrullaos. ‹(•¿•)›

nineuk dijo...

El Fary al menos decía claramente lo que pensaba. Sirve para identificar un modo muy extendido de pensar, pero no pretendo , para nada, centrar el debate en su figura.