Maldita
sea. ¡No puede ser!. Ese tipo se ha llevado mi periódico. No hace ni cinco
minutos que han abierto esta, mi
cafetería de todos los días . Llevo años con el mismo ritual. Aquí tomo todos
los días mi café con leche con un croissant a esta misma hora y echo una ojeada
al periódico. Exactamente lo mismo que está haciendo ese tipo en mis propias
narices. Su fea cara me suena. Seguro que conocía mi rutina y se ha adelantado
a propósito. Ahí lo tienes. Desde aquí puedo entrever qué parte del periódico está
leyendo. Está degustando con deleite las páginas deportivas. Mastica despacio
su puto pincho de tortilla mientras su mirada parece absorta en lo que lee. Se
diría que está en pleno éxtasis. Ni siquiera ha reparado en mi presencia el muy
cabrón. Joder, le odio con toda mi alma. Si, ya lo sé. Podría coger otro
periódico distinto y conformarme con mi suerte. O, por un día, podría dedicarme
a contemplar a la gente o a las moscas.
Ahora
que recuerdo, sí, a ese tipo ya lo he visto por aquí antes, con su fea gorra de
cuadros y su careto enrojecido y sin afeitar. Creo que ayer mismo le gané por
la mano y se tuvo que conformar con un suplemento dominical que quedaba suelto
por ahí. Claro. Hoy se ha jurado a sí mismo que llegaría antes que yo. Buitre.
Pero qué digo. Yo también podría levantarme ahora mismo, acercarme hasta el kiosco
y comprarme uno, claro. Pero no. No le voy a regalar una victoria tan
fácilmente a ese usurpador. Mi rutina es mi rutina y no me la cambia nadie.
Mira como sonríe el muy idiota. Se le ha quedado un sonrisa boba con lo que
lee. Lo mato. Te juro que lo mato.
No tengo
todo el día. Está claro que ese tiparraco está dispuesto a eternizarse aquí con
un miserable café y un pinchito. No voy a
permitir que me amargue la mañana. Voy a aprovechar para leer mis guachaps.
Veamos: “meme” sobre el coronavirus, video sobre el coronavirus, un tipo con
bata blanca que tranquiliza sobre el coronavirus –y que ya me han enviado siete
veces - ¿que dice este? “Confirmado primer caso de coronavirus en Balmaseda” veamos...
mierda, el “negro del guachap” y su enorme atributo otra vez, ¿terminara alguna
vez esta pesadilla? Voy a empezar a borrar “amigos” , esta invasión es casi
peor que propia enfermedad. ¿Pero que hace ese tío? Esta charlando
tranquilamente con esa señora mientras el periódico sigue ahí, abierto de par
en par sobre la mesa sin nadie que lo lea. Noto que mis pulsaciones se
aceleran, maldita sea. Voy a levantarme y se lo voy a quitar. Es más, voy a
chocar “accidentalmente” con su mesa y le voy a tirar el café. Ahora entiendo
aquel letrero en ese viejo bar de Pozas: “El que coja el periódico más de media
hora deberá leer las noticias en alto a partir de ese momento”, siempre pensé
que era de mal gusto...ahora lo aplaudo.
Este desgraciado lleva más de media hora. Ya se ha ido la señora. Voy a
mirar fijamente en su dirección, A ver si se da por aludido. Ahora se ha
quedado pensativo. Es mi momento. Allá voy.
_Perdona...
¿Te importa que coja el periódico?
_ Pues
sí, la verdad. Es mío. El del bar lo
tiene aquella señora...
_ Uh...lo siento. (Mierda)
2 comentarios:
Jaaaajaja. Chasco. A veces nos comportamos como verdaderos vándalos, aunque sea sólo de pensamiento. Lo de leer el periódico en voz alta si se pasa de la media hora de retención es una ida brillante. Lo de los "wachaps" virales, en todos los sentidos, agobiante. Muy bueno el relato, Roberto.
Muchas gracias July. Un honor viniendo de tí. Los Coronamemes han batido todos los records , ciertamente.
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