lunes, 13 de julio de 2020

EL COLGAJO

Philippe Lançon
Imagínate que eres un periodista francés. Escribes artículos en un diario de izquierdas y colaboras en una revista satírica, ambas publicaciones con más historia y prestigio que lectores. Una mañana cualquiera aparcas tu bicicleta y subes a reunirte con tus colegas de la redacción de “Charlie Hebdó”, un grupo de tipos ingeniosos partidarios del humor mordaz. Hay risas, hay comentarios sobre la actualidad hay bromas y tomaduras de pelo. De pronto la escena funde a negro. Unos encapuchados irrumpen en el lugar y disparan a placer. Sin contemplaciones. Estás en el suelo, rodeado de cuerpos ensangrentados y no tardas en comprender que te han alcanzado en la cara y te han dado por muerto.
A partir de ahí ya nada es igual. Te conviertes en un paciente VIP en la cama de un hospital. Dos policías vigilan día y noche tu puerta y entre tus visitantes se encuentra el mismísimo presidente de la república. Una parte de tu cara es ahora un “colgajo” . No puedes hablar, no puedes comer y los calmantes son una parte fundamental de tu existencia. El futuro de tu rostro está en manos de la cirugía. Tu nueva piel de la cara saldrá de tu muslo, un proceso en el que cuentan la pericia, los conocimientos y hasta la creatividad de unos profesionales en los que tienes que creer ciegamente. No es una ciencia exacta. Un día comprobarás que con la punta de la lengua acaricias unos pelillos que pertenecía a tu muslo.
Inevitablemente tu nuevo mundo choca con el anterior al atentado. Inevitablemente los que te cuidan y “reparan” son ahora los más importantes. Inevitablemente tu visión del mundo cambia radicalmente. Pasados los meses, un buen día te encuentras de nuevo en la calle, sin policías que te protejan, sin sanitarios que te cuiden las 24 horas del día, sin presidentes que te visiten. Las paranoias son inevitables y cada vez que coges el metro te parece que un terrorista está a punto de actuar. De hecho llegan nuevos atentados contra otros objetivos indiscriminados donde cualquiera, incluidos musulmanes, puede ser la víctima. Pero la vida, la economía, la rueda...no se puede parar. Como decimos ahora “hay que aprender a convivir con el virus”.
“El Colgajo” es el título de la novela en la que Philippe Lançon relata su experiencia traumática tras el atentado islamista contra la revista “Charlie Hebdo”. Quizás no sea lo que se dice “una lectura veraniega” pero desde luego, es una lectura muy recomendable. De la misma forma que hay un antes y un después para su protagonista, el relato dibuja también una frontera inquietante, la que separa una sociedad donde la libertad de expresión y la sátira son importantes y otra donde el miedo y la represión se imponen.
Sin embargo, Lançon evita las reflexiones político-sociales y nos propone otra más personal y posiblemente más incómoda. “El tiempo del acontecimiento brutal- dice- es oscuro e infinito. No tiene límites”. Hay que aprender a convivir con el virus. Ya, como si solo fuera uno.



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