domingo, 12 de enero de 2025

LAS VIDAS DE BRIAN

 


-..¿Qué quieres decir? —pregunté.

-Bueno, tenemos que hacer un disco nuevo, ya sabes.

—Tio, no lo entiendo - dije-. Acabo de leer en la prensa que vuestro nuevo cantante es Allan Fryer.

-Ah, no, no, no... Se han confundido, tío. Se han confundido del todo. Ni siquiera vino a la prueba.

Noté una gran tensión en el pecho.

—¿Me estás diciendo... que estoy en el grupo?

Apenas me salían las palabras.

—Bueno, ya sabes... —dijo Malcolm riéndose un poco, esquivando la pregunta.

Dios le bendiga, pero tenía tanto miedo de meter la pata como yo.

—Mira, Malcolm —dije, decidido a ser brutalmente sincero, eres un buen tío, me lo he pasado en grande contigo y con el grupo, pero me cuesta creer que todo esto vaya en serio. Así que voy a colgar el teléfono. Y si de verdad hablas en serio, por favor llámame en diez minutos y vuelve a darme esta noticia. Porque estoy muy confuso, y es como si estuviera soñando.

-Claro, Brian - dijo Malcolm, lo entiendo. Te llamo en diez minutos.

Clic.

Me había dejado helado. Me quedé sentado con la mirada perdida, contando los diez minutos más largos de mi vida. Si esto era cierto, significaba que todo por lo que había pasado en los últimos diez años había valido la pena. Saltar desde un avión para comprar un juego de voces. Renunciar a una buena carrera en Parsons por un grupo que no tuvo más que un éxito en el Top 10. Dejarme la piel en la carretera durante meses - no, años- seguidos. Caer en todas las trampas inventadas por la industria discográfica. Acabar tan arruinado que tuve que ir a juicio para que no me quitaran la casa. Ver cómo se desintegraba mi matrimonio. Volver a casa de mis padres. Aguantar a esos pomposos coordinadores de conciertos con sus normas y sus leyes y sus medidores de decibelios y sus tribunales disciplinarios...

—Hola, Brian, soy Malcolm de nuevo, ya he dicho que te iba a llamar. Mira, tenemos que irnos de Londres en una semana o dos para empezar a grabar el nuevo disco, así que necesitamos que bajes mañana al local de ensayo y empieces a prepararte. Si estás dispuesto..

—Entonces, ¿de verdad me habéis cogido? —pregunté-. ¿No voy a ser solo el cantante suplente o algo así?

Hubo una larga pausa. Malcolm respiró hondo.

—Bueno —dijo con un punto de malicia en la voz, como si disfrutara de tenerme en vilo. Siempre que tú quieras, colega.

Y de ese modo pasé de ser un instalador de techos de vinilo a ser el cantante de uno de los grupos más flipantes del mundo. Fue un momento... bastante increíble. De hecho, estaba paralizado.

—¿Brian? —dijo Malcolm al cabo de unos instantes— ¿Estás ahí?

-Sí —acerté a decir.

-¿Quieres entrar en el grupo?

=JODER, CLARO QUE SÍ! ¿Dónde hay que firmar?

-Sabes que te van a meter bastante caña, ¿verdad? Porque nuestro grupo... es muy odiado. Por los críticos. Por el establishment. Y a los fans les va a llevar un tiempo hacerse a la idea. ¿Estás seguro de que podrás aguantar toda esa presión, Jonna?

-No -dije sonriendo, pero ia quién coro le importa? Estoy en el grupo.


(Brian Johnson, “Las Vidas de Brian)

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