Permíteme que te presente a mi amigo Jorge. Él es un ciudadano de mediana edad que trata de pasar por la vida sin hacer demasiado ruido. Paga sus impuestos y trabaja duro. Jorge no se puede permitir grandes lujos, pero tras varios años de sacrificio puede que adquiera un piso en La Rioja, para pasar los veranos o un coche de aceptables prestaciones. Jorge no suele llamar la atención. Nunca saldrá en la portada de ningún suplemento dominical y su nombre jamás ha aparecido en titulares de prensa. Realmente no es un tipo brillante. Bastante tiene con cumplir con sus obligaciones y no decepcionar a quienes le rodean.
No, Jorge no es en absoluto un personaje de moda. Aunque es, cien por cien, un hombre de ciudad, Jorge no es “trendy” ni “cool” ni usa leguaje “inclusivo”, ni lleva un solo tatuaje. Jorge no ha pisado -que se sepa- un gimnasio en su vida y su aspecto no llama nunca la atención de nadie. ¿A quién podría interesar una figura tan anodina como la de Jorge? Pues bien, Jorge interesa al escritor bilbaíno Pedro Ugarte que cada cierto tiempo nos lo vuelve a situar como protagonista en uno de sus relatos. En realidad, Jorge no es siempre el mismo personaje exactamente. A veces vive en zonas más adineradas otras en barrios más humildes, a veces forma parte de un – más o menos- feliz matrimonio y otras sobrelleva como puede un divorcio -más o menos- civilizado. A veces Jorge tiene un vicio secreto o problemas con la bebida. A menudo carga con el peso excesivo de unos orígenes familiares esplendorosos que ya solo son cenizas.
Este hombre no protagonizará jamás un acto heroico y es biológicamente contrario a cualquier forma de violencia, pero puntualmente, casi sin darse cuenta, su puño se ha estampado en la cara de algún imbécil. Al igual que me ocurría con el Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán, en los cuentos de Pedro Ugarte tiendo a identificar al personaje con el escritor y no puedo evitar pensar que muchos de estos relatos se basen en su propia experiencia. Sin embargo, él lo dejó bien claro en la presentación de su libro: “me admira la importancia que a veces se le da al hecho de que un relato esté basado en algo que ocurrió en la vida real. El hecho de que una historia se base en hechos reales, desde el punto de vista literario es irrelevante. Si una historia no cuenta con un plus literario, yo prefiero que me la cuenten en forma de reportaje o de artículo”. “Antes del Paraíso” es la última colección de relatos de Pedro Ugarte.
En este libro te puedes encontrar a un Jorge que conduce
en la madrugada de un sábado para llevar a su hija a un remoto polideportivo, o
a otro que acompaña a su padre de concesionario en concesionario para probar
coches de alta gama que nunca comprará. Hay también un Jorge obligado por su
trabajo a dominar tecnicismos absurdos en inglés y otro cuyo hijo es el único
heredero de una estirpe en extinción. El antihéroe de Pedro Ugarte protagoniza
historias familiares, dentro de un modelo de familia en crisis perpetua que no
acaba de encajar con los nuevos tiempos. Son historias en las que muchos
podemos vernos reflejados y están escritas con una prosa donde se cruzan la
ternura, la ironía, ciertas dosis de nostalgia y no poca mala uva. Todo ello salpimentado,
eso sí, por un humor mordaz que aleja sus
historias de cualquier exceso de gravedad.
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